Christian no deja de besarme, se que está cansado y apunto de dormir pero continúa moviendo sus labios sobre los míos.
Me ha hecho el amor de una forma tan dulce y descansó sobre su pecho mientras él está sentado apoyado en el respaldo de la cama y me tiene entre sus piernas.
- Me duelen los labios lobito - digo pegada a su boca, estoy cómoda, él es mi almohada y no deja de besarme dulcemente mientras me arropada entre sus brazos - ¡Voy a dormir! - sigue besándome sin contestar - ¡Lobito! - tiene los ojitos cerrados y mete su lengua de nuevo en mi boca, yo le correspondo, pero ya no puedo más, muero de sueño - ¡Mi amor! - digo cuando nos separamos por falta de aire, pero de inmediato vuelve a besarme - ¡Me va doler el cuello Christian! - le digo muy despacito.
- ¿No estás cómoda? - la verdad, estoy bastante cómoda.
- ¡Mmmm! - me acomodé moviendo mi trasero.
- ¿Me mientes? Yo diría que sí estás cómoda.
- Me duelen los labios besucon - digo mientras acaricia mi vientre, estamos por alcanzar los ocho meses y ya soy toda una ballena, me empiezo a sentir muy pesada, pero nada comparado con mi vientre durante el embarazo de Teddy.
- Me gustaría ir con Grace Ana. ¿No deberías tener una pancita más grande a estás alturas?
- ¡Todo va bien amor! ¡Mmmm! - me dejó caer entre sus brazos - ¡Teddy era enorme! - bostezo somnolienta y me acomodo en el hueco de su cuello.
- ¡No, no es verdad! Era pequeñito.
- ¡Tres kilos Christian! Tres doscientos, este bichito seguro será más chiquito y solo espero que tenga algo de mí, no sólo servirte de incubadora de nuevo.
- ¡Es mi greñudita amor! Yo lo sé y Teddy tiene tus ojos - él me besa otra vez - ¡La voy encerrar Ana!
- ¡Christian! Si es niña tienes que darle el mismo trato que a Ted, seguro algunas cosas serán diferentes, pero sabes a lo que me refiero.
- ¡Será mi niña Ana! Ella no tendrá novio hasta los 30, pero no haré distinciones.
- ¡Tengo 24! Casi dos hijos y me haces de todo desde los 22, mi niña no será una monja Christian, bueno si ella quiere sí, pero no vas a influir.
- ¿Quieres que mi hija encuentre a alguien como yo? Y no serás su cómplice Ana, me dirán todo.
- ¿Un pervertido adicto al sexo? - lo digo tranquila, bromeó un poco y me mira aterrado - ¡Bromeó cabezón! - mi marido nunca ha sido bueno para el sarcasmo.
- ¡Ana! - dice consternado.
- ¡Deja de preocuparte Christian! Aún no nace.
- Una parte de mí quiere que sea un niño.
- ¡Mmmm! Supongo que mi padre también debió sufrir, pero tranquilo grandulón falta mucho para eso - suspira soltando el aire.
- ¿Y si se encuentra un pervertido como yo? ¿Soy pervertido?
- ¡Mmmm! Que rico - le doy un piquito - ¡Poquito!
- ¡Ana! - me regaña y sin palabras le pido ayuda para acomodarme sobre él a horcajadas. Sonríe cuando adivina mis intenciones.
- ¡Copera! - me froto sobre él, lo quiero dentro de nuevo, soy consciente que muerdo mi labio.
- Pondré una queja por abuso - su cuerpo reacciona - ¡Mmmm! Lo pienso muy seriamente - dice el muy cabrón - ¡Ahhh!
- No procede cuando está panza la hiciste tú - digo jadeando, lo deseo y se que le gusta diga eso, sonríe de ladito como me gusta.
- ¡Ahhhhh! - aplastó sus bolas al mover mi trasero, eso lo leí en una revista - ¡Ana! - dice ronquito y mis locas hormonas se encienden.
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Te quiero a ti.
FanfictionNos conocimos siendo unos niños, él 10 y yo 7 años. Me enamoré con todas sus letras y sentimientos en el verano del 2005, a mis 14. No regresar a la hacienda en los dos veranos siguientes gracias a las sospechas de mi madre casi me mata, pero regres...