Capítulo Siete.

149 14 0
                                    

Pov Brittany.

No podía aguantar más, tenía que salir de casa sola, sin Santana. Pero, ¿cómo hacerlo? Tendría que decirle que voy a algún sitio para que no me siga, no me puede seguir donde quiero ir.
-Santana.-Llamé su nombre. Ella apareció por la puerta, ya vestida. Menos mal, creo que nunca me había puesto tan nerviosa por la proximidad a un chica. Y he estado a mucha menos distancia más veces.-Voy a salir.-Dije sin más.

- ¿Dónde?- pregunto ella.
-Quiero ir a dar una vuelta yo sola, eso es todo. Necesito un poco de aire.- dije yo.
-Oh... claro.-Por su mirada, supe que estaba pensando en la escena en el baño. Yo me puse colorada y aparté la mirada.
-Si necesitas cualquier cosa, avísame.- dijo ella.
-Por supuesto.- respondí.

Yo salí de casa y empecé a andar un poco rápido, no quería que Santana pudiese ver donde iba. Al llegar, me paré en la puerta. ¿Qué debía hacer? ¿Qué iba a decir? Me iba a tocar improvisar. Abrí la puerta y entré dentro a breadsticks. Estaba llena de meseros por todas partes. Pero yo no quería ver a los meseros, quería ver a la dueña. Me acerqué hasta donde se encuentra la oficina donde se encontraba ella y llamé.

-¡Adelante!-Escuché desde el otro lado. Tomando aire, abrí la puerta y entré. Pude ver a la dueña sentado en su silla, con todo el escritorio lleno de papeles. Parecía distraída.
-Disculpe, señora. He venido a decirle... que lo siento mucho por su hija. -Ella me miró incrédula y se levantó de golpe de su silla.
-¿Lo sientes? ¿Después de varios meses? No creo que lo sientas, ya que seas quién seas, mi hija no tenía amigas. -La dueña parecía destrozada y al oír esto, me destrozó a mí también. ¿Cómo una chica como Santana no tenía ningún amigo?

-Yo... yo era una antigua compañera de clase de su hija, pero me mudé y me enteré hace unos días. De verdad lo siento, señora -Ella me miraba dubitativa, pero al final afirmó.

-Bueno, en ese caso acepto tus condolencias.- dijo ella.
-Supongo que debe ser duro trabajar aquí como si nada hubiera pasado.- dije yo

-Lo es. Al llegar a casa siempre pienso que va a estar allí, preguntándome sobre a quien atendí o si había una chica guapa. Pero no es así.- dijo ella.

-Santana es muy inteligente.- dije yo

-Sí, lo era... -Dijo recalcando el verbo en pasado.-¿Le conocías mucho?
-Bueno, siempre que he necesitado su ayuda estaba ahí para mí.-Y lo sigue estando, pensé. -Quería decirle que si necesita cualquier cosa, puede contar conmigo. De cualquier tipo: ayuda, alguien con quien hablar...
-Eres muy amable. Pero aún no me has dicho tu nombre.- dijo ella.
-Brittany, Brittany Pierce.- dije

-Pues Brittany, de hecho sí puedo necesitar tu ayuda. Verás, no he sido capaz de volver a entrar al cuarto de mi hija, no después de todo. Ella apuntaba todas mis cuentas en una pizarra suya. Me gustaría que fueses allí y recogieses todo lo perteneciente a las cuentas, sería aquí. ¿No te importa, no?- dijo ella.
-Claro que no. Lo haré encantada señora. - Ella sonrió tristemente y me pasó las llaves de su casa. -Cuando acabe le traeré todo, no se preocupe.

Gracias Brittany... se ve que en el fondo Santana te importaba.- volvió a decir.

-Así es.- dije yo.

Salí de la comisaría y me dirigí a la casa de las Lopez, la verdad no estaba muy lejos del restaurante. Abrí la puerta y entré. Debía buscar la habitación de Santana. Fui mirando una por una todas las habitaciones, hasta llegar a la última al final del pasillo. Estaba completamente cerrada, por lo que tenía que ser esa. Entré en la habitación de Santana. Todo estaba hecho un desastre, con tantas fotos e informes tirados sobre el escritorio y la cama, como si Santana acabase de estar aquí y se hubiese tenido que ir corriendo. Yo fui a la pizarra que Maribel me dijo, donde había apuntadas varias cosas con rotulador blanco. Decidí sacar el móvil y hacerle unas fotos, ya que la pizarra no me la podía llevar. Santana había clasificado todos las cuentas que estaba llevando a cabo. Luego me dirigí hacia su cama, donde junté todos los archivos de un mismo tipo, he hice lo mismo con los otros das cuentas. En un corcho, tenía fotos de algunos ticket. Al terminar de quitar todas las fotos y haberlo recogido todo, parecía una habitación nueva. Decidí no borrar los datos de la pizarra aún, ya que quizás me tocase volver aquí.

Una vez hecho todo, puse rumbo hacia el restaurante de nuevo. Me costó abrir la puerta con tanto archivo, pero al final pude.

-Aquí tiene todo,Maribel.- ella parecía impresionada.
-Vaya, si los has clasificado y todo. Y en tiempo record.- Ella parecía pensar algo, por lo que yo permanecí en silencio.
-Brittany... ¿te importaría trabajar en el restaurante? Por lo que veo eres una chica inteligente y bastante rápida, podrías serme de gran ayuda, ahora que Santana ya no está. -Dijo tristemente.-Cobrarías un salario, por supuesto.

-No, señora. Acepto el trabajo pero no quiero cobrar nada.- dije.
-Encima buena chica. Ojalá mi hija hubiese estado contigo el día de... Bueno, es igual. Quiero que sepas una cosa, en el restaurante hay muchas cosas que antender. Y a veces me lleno de algunos casos de comisaría...- dijo ella.

-Sin problema. Pero Maribel, ¿hay algún caso en el que esté trabajando actualmente? ¿Alguno que le interesa más?- dije yo.

-De hecho sí. Puedes pensar que es favoritismo o asuntos personales, pero mi principal caso es averiguar que pasó el día que Santana murió.
- ¿No... sabe nada? ¿Cómo es posible, siendo usted siendo parte de la comisaría también? Además Santana era su hija. -No lo podía creer. ¡Ni siquiera su madre y sheriff en cierto punto lo sabía! ¿Qué tenía de especial su caso?

-No, yo me enteré cuando ya había muerto, recibí una llamada. Por eso necesito saber que pasó, creo que ella lo merece.- dijo.

-No se preocupe, pienso ayudarle en todo lo que pueda.- dije con una pequeña sonrisa.
-Gracias Brittany, puedes ir a casa a descansar. ¿Podrías pasarte por aquí mañana por la tarde?- dijo ella
-Sin problema. Hasta mañana, Maribel.- me despedí.

Santana había vuelto a la vida metafóricamente para hacerme feliz, yo debía hacer lo mismo por su madre. Y ya que es imposible que Santana vuelva a la vida, conseguiré averiguar qué es lo que pasó el día de su muerte. Podría contárselo hasta a ella, ya que tampoco sabe nada. Está claro: fuese lo que fuese no podía enloquecer. Es decir, había muerto, pero no podía ser tan horrible su caso... ¿no?

Hoy anduve con bastante energía para publicar otro capítulo. Espero que estén disfrutando la historia.❤

Heaven is a place on Earth. (Adaptación Brittana)Where stories live. Discover now