Capítulo Diecisiete.

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Santana Pov.

Brittany  y yo fuimos a su casa al haber visto el atardecer. El camino fue silencioso, ninguna sabía que decir. Solamente nos quedaban unas horas juntas, aún no podía hacerme a la idea de ello. Brittany  abrió la puerta de su casa y comprobó que su madre no estaba en casa.

-Me ha dejado una nota. Está con tu madre-Yo sonreí melancólicamente. No solamente dejaría a Brittany, dejaría a mi madre, a mis nuevas amigas... Lo más duro es que no podía despedirme de ellas, no podía contarles la verdad. Brittany  dejó caer su cuerpo en el sofá. - ¿Puedes venir conmigo?

No dudé en ningún momento, fui rápidamente a sentarme junto a ella. Ella acercó su cuerpo al mío y apoyó su cabeza en mi pecho, como lo había hecho en el parque. A diferencia que esta vez no había lágrimas de por medio, no creo que tuviésemos fuerza ni para llorar.

-No quiero que te vayas-susurró Brittany. Como tenía su cabeza pegada a mi pecho estaría notando mi respiración, la cual estaba comenzando a acelerarse. -No es justo.
-Dímelo a mí. Me voy a ir para siempre y no puedo despedirme de nadie más aparte de ti. Que ya es bastante doloroso.- dije yo.
- ¿No había ninguna otra opción? Me parece increíble-. Yo tragué saliva y Brittany lo notó. -No la había, ¿no?
-No te voy a mentir. Tuve la oportunidad de elegir. Si dejarte ya o quedarme algo más- Brittany  separó rápidamente su cabeza de mi pecho para mirarme dolida.

- ¿Y quién te dijo que irte mañana era la opción correcta? Estoy segura que esos ángeles te han lavado la cabeza.- dijo ella.
-No, no lo han hecho. Yo no decidí cuando irme, ellos lo hicieron. Pero esta es la opción correcta- Brittany  quería protestar pero no la dejé hacerlo-Ahora no lo ves, pero es lo mejor. No quiero que te encariñes más conmigo, eso solamente te va a destrozar completamente.

- ¡No me importa! ¡No me importa sufrir si es por ti! ¿Por qué solamente piensas en mí? ¿Qué hay de ti? ¿No importas? -Brittany estaba alterada, aunque no podía culparla.
-Mis sentimientos nunca importaron. Me dejaron claro que no podía sentir nada por ti y voy yo y... -Dejé incompleta la frase al ver la cara de dolor de Brittany. No quería hacerle más daño. -Lo nuestro estaba condenado desde el principio.
-Puedes decirme lo que quieras, pero no cambiaré de opinión.- dijo ella.
- ¿Podemos parar con esto? Quiero pasar mis últimas horas contigo y acabarlas bien. Como cuando fuimos a patinar. Como nuestra cita doble con Rachel  y Quinn. ¿Podremos hacerlo? - dije y Brittany  asintió poco convencida.

- ¿Qué quieres que hagamos? -Yo sonreí, sabía de sobra lo que quería. Me levanté del sofá y me paré frente a Brittany.

-De hecho hay algo que me gustaría hacer contigo antes de irme. Ven-. Yo tendí mi mano en el aire, esperando que Brittany  la tomase. Ella lo hizo insegura y le ayudé a levantarse. Aparté la mesa del salón, moviéndola hasta un lado para que no molestase.

-Me estás asustando. No vamos a hacer nada malo, ¿no?- dijo ella.
-Claro que no. ¿Confías en mí?- pregunte.
-Sí. Lo hago-. Yo sonreí. Brittany  no había dudado ni un solo segundo al responder. -Pero quiero saber que vamos a hacer.- dijo Brittany.

-Quiero que bailemos-respondí de golpe. La sorpresa en la cara de Brittany era evidente, claramente no esperaba esa respuesta.
-No sé bailar... -Yo sonreí y me acerqué a Brittany.
-Yo tampoco, pero nos las apañaremos. Solamente escoge una canción-. Brittany  se acercó a su móvil para buscar una canción. Tenía cara de concentración, como si estuviese analizando todas y cada una de las canciones de su móvil, solamente para encontrar la adecuada. Brittany se detuvo en una, que dejó puesta.

-Quiero esta. Bailemos esta.- dijo ella.

-Vale. A mí me da igual la canción, lo que quiero es bailar contigo. ¿Me concedes este baile? -Ofrecí mi mano a Brittany y ella la tomó.

(La canción esta en multimedia)

La música empezó a resonar por la habitación, tenía un tono melancólico, pero era perfecta para bailar en pareja. Lentamente, puse mi mano libre en su espalda, y ella hizo lo mismo. Nuestras manos entrelazadas quedaron en aire, marcando la dirección del baile. Empecé a mover mis pies a lo largo del salón torpemente y a Brittany le costaba seguir mi ritmo, ya que no paraba de mirarse sus pies. Me detuve a levantar su cara para que me mirase a los ojos. Había leído alguna vez que lo más importante para bailar es nunca romper el contacto visual. Volví a moverme, seguida por Brittany. Esta vez no había ningún tropiezo, íbamos perfectamente coordinados con la música. Yo sonreí, estábamos bailando y lo estábamos haciendo bien. Brittany sonrió, cogiendo más confianza.

-All my agony fades away, when you hold me in your embrace-cantó Brittany, mirándome fijamente a los ojos. Me estaba cantando a mí, y particularmente esa frase.

El estribillo de la canción llegó y con él aumentó el ritmo de la música. Escuchaba a Brittany  tararear la canción, gesto que me pareció extremadamente tierno. Nuestros cuerpos seguían moviéndose acompasados a lo largo del salón de la casa de las Pierce. Quizá no fuéramos bailarines profesionales, pero desde luego bailar estábamos bailando. No podía dejar de mirar los ojos azules de Brittany. Eran tan bonitos y trasmitían tanta paz y tranquilidad. Me sentía como cuando era pequeña y odiaba las tormentas, porque me estropeaban el día y no me dejaban jugar fuera. Pero de repente, cuando menos lo esperabas, salía el sol y volvías a ser feliz. Sus ojos me trasmitían eso, como si el sol saliese y brillase de nuevo. Brittany  tampoco dejaba de mirarme y estaba seguro que estaba pensando en nosotros, en todo lo que habíamos vivido.

-Make my heart a better place... -cantó Brittany  por última vez, en el momento en que la canción terminó.

Dejamos de bailar para quedarnos quietos, pero sin separarnos aún. Mis ojos pasaron de sus ojos a sus labios, que contenían una sonrisa.

-Ha sido increíble-dije yo, aún asombrada.
- ¿Podría pedirte yo una cosa ahora? -Yo asentí. - ¿Dormirías conmigo hoy?
-Eso ni se pregunta-las dos sonreímos y fuimos a la habitación de Brittany . En lo que ella se ponía un camisón, yo me puse mi pantalón de pijama, aunque no me puse una camiseta. - ¿Te importa que duerma así? -Ella negó con la cabeza.

Nos metimos en la inmensa cama de Brittany, en la que por lo menos cabían tres personas. Estábamos tumbadas mirándonos de frente, hasta que Brittany  se giró dándome la espalda. Instintivamente me acerqué a ella y pasé mis brazos a lo largo de su cuerpo, abrazándola. Sentía el calor de su cuerpo junto al mío.

-Podríamos escapar. Huir juntos. Olvidarnos del mundo-dijo Brittany. Yo sonreí tristemente, sabiendo que eso nunca podría darse.
-Por más que me gustaría, los ángeles me encontrarían. No puede ser.- respondí.

-Bueno, me da igual. No cambiarán lo que siento por ti. Te quiero, Santana-escuché decir a Brittany. Mi corazón comenzó a latir más deprisa, al igual que el suyo.

-Yo también te quiero, Brittany . Siempre-dije dándole un beso en la cabeza. No sé cuánto tiempo estuve abrazado a Brittany  si diez minutos, una hora o toda la noche. Lo que sé es que no quería soltarla nunca. Lo más doloroso era que tendría que hacerlo. No quería pensar en mañana. Me quedé dormida pensando en Brittany  y todo lo bueno vivido con ella, apartando lo malo. Mi última noche no quería pasarla mal, me negaba. Y así lo hice.

Heaven is a place on Earth. (Adaptación Brittana)Where stories live. Discover now