Capítulo 5

4.7K 778 307
                                    

Ese día, el sol estaba en lo alto iluminando todo el bosque. Algunas criaturas de entre los árboles admiraban desde lejos al omega pecoso que avanzaba por entre la flora con bastante tranquilidad.

Una que otra hadita se maravilló al ver que su nuevo rey intentaba por todos los medios no dañar los árboles ni arbustos con sus armas, e incluso apartar a algunos insectos para no lastimarlos accidentalmente.

Cuando Izuku sentía que alguien lo miraba, las haditas volaban a esconderse. Aún no confiaban lo suficiente como mostrarse.

Y para seguir mostrándole la belleza del bosque en lo más profundo, aquella que los humanos tan superficiales no son merecedores de ver.

—Izuku, ¿Ya sabes que le dirás? —preguntó Hitoshi al verlo tan tranquilamente distraído entrecerrando los ojos en varias direcciones—. Los bárbaros no son como el Reino Helado y su comprensiva majestad Rei.

—O sea, que son unos salvajes —habló Denki—. La mayoría nos va a mirar como si fuéramos presas nuevas. Ahora... Ahora me estoy arrepintiendo un poco, Momo no nos puede cuidar a todos...

—Si puedo —replicó la alfa, rodando los ojos—, pero tú vienes en calidad de ofensiva, no para defenderte junto a Izuku. Se supone que deberías ayudarme a proteger.

El rubio tomó el brazo del ojiverde y lo miró con ojitos de cachorro.

—Izu, lindo, amigo mío, también quiero que me defiendan...

—Consíguete un alfa —escuchó decir a Hitoshi—. Pero por ahora, vuelve a la formación. Estás rompiendo la efectividad de la formación ofensiva/defensiva de Momo. —Le dio un empujoncito que hizo reír a la chica y a Izuku, para después tomar su lugar a un lado del omega, causando bufidos en el rubio—. Y tú no me has respondido.

—Eh... ¿Les reprocharé pacíficamente por la excesiva caza de animales del bosque y llegaremos a un acuerdo con la tranquilidad de por medio? —dijo, no muy seguro. Los tres acompañantes se detuvieron en seco, mirándolo como si estuviera completamente loco—. ¿Por qué me miran así?

—Son bárbaros —obvió Momo.

—Que han estado en guerra dos veces con el Reino Helado y la ultima vez, su nuevo líder arrasó con casi todo el ejército del general Endeavor —le recalcó Hitoshi.

—Y, que cazan omegas lindos para hacerles cosas malas —sentenció Denki, firme en su sentimiento de sentirse desprotegido.

Izuku se negaba a creer que su alfa destinado, que apenas le había tocado un cabello, es más, ni siquiera se había acercado lo suficiente, pudiera ser un "cazador de omegas lindos para hacerle cosas malas". Sí creía que era un guerrero fiero. Ochako le había contado sus grandes hazañas, no como algo malo, sino como su propia forma de hacerlo sentir orgulloso por tener un alfa tan valiente y lleno de coraje.

La tribu que lideraba no podía ser como lo mencionaban.

Cuando un líder es bueno y escucha las peticiones de su pueblo, liderando con cualidades dignas de un jefe, la tribu seguiría su ejemplo porque sería la visión perfecta de un hombre ideal.

Así que no. No creía que algo así fuera a pasar. Fin.

—Vamos, todo se puede resolver hablando —les dijo el omega, con alegría renovada—. ¡Lograremos que todo sea bueno y afianzaremoss una alianza con la tribu de los bárbaros!

Sus tres amigos, compañeros y protectores suspiraron, esperando que sus expectativas de aquella tribu fueran ciertas y no tuvieran que pelear para defenderlo como era realmente el plan.

Siguieron avanzando, con Izuku más distraído que antes en sus pensamientos. Cuando Momo anunció que ya estaban bastante cerca del lugar donde la tribu se asentaba, las feromonas de emoción del pecoso salieron a relucir, sin poder contenerlas lo suficiente. Tal cosa dejó mucho que pensar, pero no tuvieron el tiempo suficiente porque la presencia desconocida de un alfa se hizo presente.

Verde Jade (Katsudeku + Omegaverse) Where stories live. Discover now