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Viernes 12 de abril 1793


Luego que el timbre sonó dando aviso para que los estudiantes fueran a sus casas dando por finalizada la semana, Agust con dos cuadernos en mano y su bolso lleno de parches en un hombro, corrió hasta la salida. Hoy se iniciaba el taller de arte de la profesora Diana, su profesora de artes visuales en la escuela los había invitado a su taller que se realizaría en una de las escuelas caras de Reino Unido, quedaba a unas siete cuadras de donde se encontraba su escuela, la diferencia entre los de clase baja y alta era muy notoria, pero con esfuerzo la profesora Diana pidió al director que sus alumnos de clase baja pudieran entrar solo los viernes para su taller.

La verdad es que a Agust siempre le llamó la atención el arte, pero sabía perfectamente que no lograría estudiar por su situación económica, aun así se esforzaba cada día por sobresalir.

Por suerte llegó a tiempo al taller, la profesora Diana sabía perfectamente cuánto duraba el tramo de Vaughan School hasta la Carlos Cameron School. Asombrado entró por la gran puerta principal, una persona lo detuvo preguntándole qué es lo que hacía ahí, Agust le explicó que iba al taller de la profesora Diana, por suerte la profesora apareció e ingresó a Agust con ella junto a unas cinco personas más, no era el único de su escuela, había personas de último año y de cursos menores que él. Avanzaron con cuidado mientras Diana les mostraba la Carlos Cameron School, todos estaban maravillados.


—Y aquí es donde haremos nuestra clase, por favor pasen. —habló la profesora Diana en cuanto abrió la puerta, era una sala bastante grande, había muchos atriles formando una circunferencia y dejando el centro solitario. —¡Alumnos! Ellos son estudiantes del Vaughan School, por favor no los traten diferente, todos somos iguales acá, ¿De acuerdo?


—¡Sí, profesora! —respondieron al unísono siete personas que se encontraban ya dentro de la sala, seguramente eran estudiantes del Carlos Cameron School, pero también había tres chicas entre las siete personas.


—¿Hay chicas? —habló una persona detrás de Agust mientras ingresaba observando todo a su alrededor.


—Claro, les di una oportunidad a estas hermosas chicas, su educación es más complicada que la de ustedes.


—¿Y usted cómo llegó a ser profesora, señorita Diana?


Daiana, se dice Daiana. Y bueno, eso no se los contaré hoy. —la profesora rió y caminó a una de las sillas frente a un atril para dejarla delante de este. —Por favor, tomen su silla y hagan lo mismo que yo, vamos a conocernos antes que todo.


Todos los alumnos obedecieron a la profesora Diana, Agust con cuidado dejó sus cosas en sus piernas, no querían que alguien le robara o destruyera sus cosas. Bueno, más preocupante era la última, ¿Quién querría robarle a un pobre?


—Bienvenidos a todos, como todos ya me conocen soy la profesora Diana y dirigiré este taller de arte, les enseñaré algunas cosas básicas para que desarrollen sus habilidades y también para que se diviertan. Las personas que no tengan materiales no se preocupen, yo les ayudaré en conseguir todo, si alguno de los que está presente puede aportar con materiales se le agradecería mucho. Bien, con esto nos iremos presentando hacia mi derecha y finalizamos con la persona que está a mi izquierda para que todos tengan su turno. Nombre, edad, donde estudia, qué es lo que le gusta y por qué decidió ingresar al taller. Okay? Comencemos. —todos miraron a la derecha de la profesora, había un niño con sus mejillas algo sonrojadas y se levantó de su silla para que todos pudieran escucharlo.

Letters to my favorite sailorWhere stories live. Discover now