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Miércoles 01 de agosto 1798


Había pasado ya una semana desde que se enviaron aquellas cartas Agust y Jungkook, claramente se enviaron más cartas entre los días de entrenamiento, pero el día 31 de julio tuvo que partir definitivamente la flota británica hacia Egipto como dijo anteriormente Horatio Nelson. Varios barcos se dispersaron para abarcar más territorio marino y así descubrir mejor la posición de sus enemigos.

Aquí estamos, un 1 de agosto arribaron a Egipto, el vicealmirante vigilaba desde la cubierta junto con Seokjin y José Esperanza, los estudiantes y egresados estaban preparados, armados y atentos a cada instrucción, en los tres puentes del barco se encontraban varios de ellos atento a preparar cañones, todos tenían miedo y Agust no dejaba de pensar en Jungkook, su familia y qué hubiera pasado de haberse quedado en tierra, pero ya estaba ahí, con RM a su lado y el silencio, solo el sonido de las olas cerca.


—Los tengo. —habló Horatio y pidió avanzar hacia la línea francesa.


—¡Preparen cañones! —ordenó José Esperanza bajando de la cubierta para ir al tercer puente y avisar a todos los hombres que se encontraban abajo.


Todos estaban alerta, vieron como algunos barcos se dirigieron a la costa cruzando la línea francesa y el barco de Agust se mantuvo alejado de tierra comenzando la guerra en mar.

No supieron en qué momento comenzó todo, Agust solo veía fuego en uno de los barcos cerca de él, una bala de cañón cayó sobre uno de sus compañeros causándole la muerte inmediata, la cabeza de su compañero estaba destrozada, sangre por todas partes y un cerebro aplastado, Agust estaba viendo todo eso, en cualquier momento iba a morir, estaba asustado.


—¡RM! ¿¡Dónde estás!? —todos estaban corriendo intentando destrozar el barco enemigo a su lado, Agust bajó al tercer puente buscando a su amigo, necesitaba entregarle algo si es que él seguía vivo, necesitaba encontrarlo. Otra bala de cañón atravesó por la madera matando a dos compañeros más, el impacto había sido horrible, ambos quedaron aplastados con el estómago reventado, tres personas vomitaron de inmediato al ver la escena. Agust asqueado bajó nuevamente hasta el segundo puente volviendo a gritar el apodo de su amigo.


—¡Agust! —gritaron de vuelta y ambos se encontraron en un abrazo agachándose inmediatamente al escuchar otra explosión, se tuvieron que ocultar cerca de unas provisiones y con la respiración agitada, entre tanto ruido tuvieron que gritar para poder escucharse.


—¡RM necesito que me hagas un favor! —asustado no solo por la guerra, sino por lo que estaba a punto de decir sacó de su pantalón un pequeño saquito.


—¿¡Qué es eso, Agust!? —RM no podía ver bien ni escuchar tampoco, los tres puentes estaban disparando fuertemente al enemigo y los cañonazos no ayudaban con el silencio.


—¡Nunca fue Josefa! —una lágrima resbaló por la mejilla de Agust, con la pólvora causando picazón en sus ojos lloró más y por lo que acababa de decir.


—¿¡Qué!? ¿¡No es Josefa, cómo!? —claramente su amigo estaba confundido, RM tenía el ceño fruncido y con los ojos un poco más cerrados de lo normal por la picazón.


—¡Se llama Jungkook, es un hombre! —gritó Agust bajando su cabeza y pestañeando rápidamente para que pasara algo de la picazón y sus sentimientos a flote.

Letters to my favorite sailorWhere stories live. Discover now