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Jueves 2 de agosto 1798, noche.


Al llegar los barcos británicos, salieron todos los que aún no estaban heridos y a la cabeza José Esperanza con su arma en mano, la flota francesa que se encontraba en la costa asegurándose que la marina británica no hiciera nada, sintieron miedo al ver a tantos enemigos, eran el triple que ellos y efectivamente ganarían.


—Tu país cayó, los británicos hemos ganado, franceses. —habló el suboficial con su tropa detrás de él, firmes y empoderados haciendo que los franceses que se encontraban ahí dejaran caer sus armas. —Las manos donde las vea. —volvió a hablar con voz firme y efectivamente todos comenzaron a arrodillarse y a levantar sus manos vacías. —Marineros, desaten a sus compañeros, los demás, tomen a los franceses y manténgalos unidos por una soga.


—¡Sí mi suboficial! —gritaron al unísono los demás.


La guerra aún no terminaba, se tenía que hablar con los franceses antes que todo, no los matarían, primero tenían que hacer un acuerdo.


—Pero no todos estamos aquí, suboficial José Esperanza... —habló uno de los franceses.


El suboficial se dio media vuelta para ver al capitán de navío y con ello se dividió el grupo de británicos corriendo por los cerros, pero una bomba se escuchó cerca del mar. El cuartel de marineros de los británicos había explotado, no habían conseguido todo lo que querían, los que quedaron al lado de los franceses, ahora prisioneros, forcejearon más las sogas con las que amarraron a los hombres.

Seokjin, Namjoon y Yoongi junto con otros compañeros más corrieron por los cerros entre las casas quemadas, varios franceses habían comenzado a hacer de las suyas, varios iban entrando a las casas ya quemadas a atrapar a franceses que hacían de las suyas, algunos civiles sufrieron, otros no alcanzaron y los demás seguían huyendo de los franceses, ocultándose hasta llegar a la clase alta donde también estaban teniendo problemas.

Jungkook y sus amigos mientras tanto habían convencido a su padre de poder refugiarse en su hogar, costó, pero la situación había ameritado tomar riesgos e ingresar a la casa sin preguntar. Una casa lujosa, dos pisos y bastante amplia, fácilmente podían entrar varias personas, por suerte habían dejado entrar a las personas para refugiarse, otras casas de clase alta no admitió a nadie y hubo cuerpos muertos afuera de esas casas...

Jungkook no había podido dormir nada, se mantenía en su habitación caminando de un lado a otro pensando en qué hacer, pensaba en Jungkook más que nada y sus amigos que se encontraban en la sala principal junto a sus familias.


—¡Por acá! —gritó Seokjin combatiendo contra los franceses ayudando a la policía británica que tenía que estar repartida por toda la ciudad. En ese entonces Jungkook lo pudo notar, por la ventana claramente se veía la flota británica que había llegado a tierra sanos y salvos, o al menos la mayoría...


—Agust... ¡Oh por Dios! —su corazón había comenzado a acelerar y con ello salió por la puerta de la cocina, era un error. La salida hizo encontrarse con unos franceses, por suerte la policía comenzó a defender la casa y los amigos de Jungkook salían para pelear y defender a sus familias igualmente. Solo que la suerte no estaba del lado de Jungkook... —¡Suéltame! —gritó y forcejeó como pudo, pero el francés se lo había llevado lejos.

Letters to my favorite sailorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora