Capítulo 20

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Volvíamos al hotel después del partido de España contra Argentina, el marcador había quedado empate, igualmente los españoles pasarían a cuartos.

– ¿Quieres venir a mi habitación un rato? – preguntó Pedri abrazándome por los hombros.

– Déjame coger el portátil – informé mientras entraba en la habitación, cuando lo cogí, volví junto a Pedri – ys está, había quedado en hacer videollamada con Ferran.

El canario asintió, me rodeó con sus brazos y me besó la cabeza.

Esos gestos que tenía Pedri, aunque solo fuese un abrazo, hacia que miles de mariposas revolotearan dentro de mi.

Ambos caminamos hacia su habitación, cuando entramos vimos a Dani recién duchado, frunci el ceño al ver eso.

– ¿Como eres capaz de ducharte tan rápido? – pregunté.

– Hola peque, yo también estoy bien – bromeó – yo no tardo en ducharme, no soy Asensio.

– ¿Te unes a hacer una videollamada con Ferran? – pregunté levantando el portátil.

– ¡Claro! Pero déjame ponerme un pantalón aunque sea, no vaya a ser que se me caiga la toalla o algo.

Olmo entró al baño de nuevo para ponerse un pantalón, se sentó a mi lado y llamé a Ferran.

– ¡Hola Ferran! – saludé con energía.

– Hola princesa – saludó – ya veo que hoy estás bien acompañada, ¿que tal estáis?

– Muy bien tío, estamos en cuartos – dijo Olmo abrazándome por los hombros.

– Digo lo mismo que Dani – sonrió Pedri.

– ¿Qué tal está Irene? – pregunté por mi mejor amiga.

– Pues hace rato que tendría que haber vuelto, no me responde ni a los mensajes ni a las llamadas, pero ya sabemos como es ella – sonrió.

– ¿Te acuerdas cuando incluso llamamos a la policía? – pregunté riendo – Irene tardaba en llegar y comenzamos a preocuparnos, no nos respondía a ninguno, así que llamamos a la policía – les conté a Pedri y Dani.

– ¿Pero qué...? – la voz de Ferran era de asombro y pena, estaba mirando su móvil.

– ¿Que te pasa? – pregunté preocupada.

– Mira tu móvil... – dijo con un hilo de voz.

– No tengo el móvil conmigo... – dije.

– Pedri, hazlo tú – volvió a hablar Ferran.

Pedri rápidamente cogió su móvil, Dani y yo nos inclinamos para ver qué era lo que estaba pasando, no daba crédito a lo que mis ojos estaban viendo en estos momentos.

– Ella es... – dijo Dani.

– Irene – dije firme.

– Y ese... – habló Pedri.

– Neymar – concluyó Ferran.

Hace unos años, Irene y Neymar habían sido pareja, yo fui la encargada de presentarles, ya que Neymar era un gran apoyo para mi, al igual que Irene.

Lo que no me esperaba es que Irene pudiese llegar a hacer esto, ella estaba con Ferran y él no se merecía nada malo, la trata como a una reina.

Quiero creer que haya sido un mal ángulo de la cámara y que realmente no ha hecho nada con Neymar.

No después de todo el daño que le hizo, la fama que tiene Neymar con acostarse con cada mujer que tiene delante, es verdad.

– Ferran... – hablé aún impresionada – no tengo palabras para esto.

– ¿Qué hice mal? – preguntó destrozado.

– ¿Te estás haciendo esa pregunta en serio? – preguntó Dani con seriedad – se nota que la amas con todo tu corazón, la tratas como a una princesa, si ella hizo eso dejame decirte que no es por tu culpa.

– Seguro que no le di todo lo que ella quería y necesitaba.

– Ferran, estoy de acuerdo con Dani, hacías todo lo posible porque ella estuviese a gusto y feliz – habló Pedri – ¿cuántas veces has estado mal solo por verla a ella bien?

– Gracias... – dijo limpiandose las lágrimas.

– Tengo que hablar con Irene – dije con algo de rabia.

– No te preocupes Laia, ya vi todo lo que tenía que ver – dijo Ferran aún con lágrimas.

– Ferran, te quiero como a un hermano – confesé – quiero ayudarte, no quiero que estés mal y haré lo que sea con tal de ayudarte.

– Te quiero, Laia – sollozo.

Ver a Ferran en ese estado me rompía el corazón, suspiré y me levanté con intención de ir a buscar mi móvil.

– Vuelvo en un rato – informé.

Salí de la habitación para ir a la mía, busqué mi móvil y llamé a Irene.

– ¡Hola Laia! – saludó.

– ¿Cómo puedes estar tan feliz después de lo que has hecho? – pregunté con firmeza.

– ¿Qué he hecho?

– ¿¡Qué qué has hecho!? – reí con sarcasmo – ¿sabes cómo está Ferran? Jodido Irene, le has destrozado.

– Pero...

– Qué si Irene, que tu foto con Neymar está rondando por ahí.

– No puede ser... – dijo desanimada – te juro que yo no quería, él me robó el beso.

– ¿Acaso lo impediste? – pregunté y cómo respuesta solo recibí silencio – perfecto.

– Soy un asco de persona – sollozo – no quise hacer eso, estoy feliz con Ferran, le quiero y se que él me quiere a mi.

– Te habías ganado a un hombre perfecto, un hombre que te quiere con toda su alma, que hace hasta lo imposible solo por verte bien, ¿y tú le haces esto?

– Laia, por favor, no te enfades conmigo – sollozo aún más.

– No pienso alejarme de ninguno de los dos, os quiero demasiado, pero esta vez tú la has cagado – hice una pausa – espero que por lo menos pases a pedirle perdón y a decirle que es una persona maravillosa.

– Laia...

– Irene, no quiero que ninguno de los dos estéis mal – suspiré – pero debes hablar con él, debéis dejar algunas cosas claras y en eso no os puedo ayudar, eso tiene que salir de vosotros.

– Lo haré, gracias Laia – agradecio y después colgó.

Volví con Pedri y Dani, ya no hablaban con Ferran, me senté junto a Dani y me tumbé en su cama.

– Me esperaba de todo menos esto... – suspiré.

– Ferran ha dicho que no digamos nada a los demás, que se van a acabar enterando por la foto – dijo Dani a mi lado.

– De acuerdo...

[…]

Sempiterno Where stories live. Discover now