CAPÍTULO 15

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CAPÍTULO 15

*Nota de autora: Este capítulo lo escribí mientras sonaba de fondo: Wake me Up de Avicii.

APRIL

— ¿Estás seguro de que quieres ir? Sabes que te apoyo y si tú lo deseas pues adelante, sin compromisos, si no no pasa nada, lo olvidamos y... —no quería que se derrumbase otra vez, pero deseaba de corazón que Liam se quedase tranquilo después de esto.

— April, April, escúchame —me dijo mientras me cogía de las muñecas y me miraba a los ojos—. Todo está bien, no te preocupes, estoy preparado —apoyó su cabeza contra la mía, me miró a los ojos esperando mi aprobación y asentí.

Sabía que lo estaba pasando mal y no quería admitirlo, así que, todo lo que podía hacer en ese momento era apoyarle en cada una de sus decisiones.

Llegamos a la cabaña y Liam me dijo que enseguida vendría, que iba a cerrar la verja que protegía la cabaña. Yo también amaba a los lobos, pero en cuanto alguien se acercaba a uno de la manada ellos iban a matar. Protegían la manada a muerte.

Mientras tanto, decidí entrar a la cabaña y me senté junto a la chimenea a observar cada rincón. Era una cabaña bastante amplia, a pesar de que, por fuera pareciera pequeña. Estaba totalmente hecha de madera y fuera tenía una pequeña terraza, la cual que no creo que nadie hubiese utilizado mucho, ya que, esta se encontraba a lo alto de una montaña y hacía demasiado frío como para estar fuera. El interior era acogedor y tenía una decoración un tanto rústica, acorde con el sitio en el que estaba ubicada.

¿Cómo era posible que un lugar te trajera tantos bonitos recuerdos y horribles a la vez?

Liam estaba tardando demasiado y entonces salí de la cabaña y no podía creer lo que veía.

— ¡LIAM! ¡LIAM! —grité con todas mis fuerzas, pero fue en vano, el muy capullo había salido de la verja e iba en dirección a uno de los lobos en concreto, de hecho, aquel lobo era el único que estaba solo.

Su pelaje era blanco como la nieve y parecía joven por sus andares y en cuanto vió que Liam se acercaba se giró de inmediato y se quedó sentado en dirección a mi chico esperando que se acercara. No podía creer que todo eso fuera verdad, que eso que tanto le llenaba a Liam era realidad.

Era surrealista, pero lo estaba viendo, es decir, era real.

Liam se acercó al lobo de pelaje blanco, se agachó y este se dejó acariciar, en ese momento Liam se rompió completamente, llevaba tanto tiempo conteniendo esa angustia de saber que no le iba a volver a ver jamás, que esto fue como una bocanada de aire para él, más que eso.

Mi chico se quedó sentado junto a él y de repente otro lobo de su manada, pero este de pelaje gris y con apariencia de ser el mayor del grupo se acercó a ellos dos y se sentó también junto a Liam.

En una situación normal la manada ya habría atacado a Liam, pero por el contrario, no lo hicieron.

Por un momento pensé que estaba viendo alucinaciones, pero todo cuadraba, es decir, 18 de Abril, tres años de la muerte de Jack...

Su padre, su hermano y él compartían afición por los lobos y de hecho, Liam en varias ocasiones mencionó que él no solía creer en religiones y tal, pero la reencarnación era algo que le llenaba y siempre decía que en caso de que él muriera buscara la luna llena y ahí estaría él con su manada.

Era difícil de creer , pero lo había visto con mis propios ojos y creía plenamente en lo que estaba pasando, yo me quedé en la verja de la cabaña contemplando semejante espectáculo cuando de repente Liam me llamó.

— ¡APRIL!—se le oía a lo lejos.

— ¡APRIL!¡VEN,CREO QUE QUIEREN CONOCERTE! —había pasado del llanto al júbilo, se le veía feliz como nunca, se veía pleno, alegre, lleno.

Al fin en deuda consigo mismo.

Seguidamente los dos lobos que tenía junto a él comenzaron a aullar. Al unísono. Sin dejar de mover sus colas y sin apartarse de Liam ni un segundo, lo estaban analizando con la mirada.

Tenía miedo, no iba a negarlo, total de que serviría, pero en el fondo yo también creía en ello y me sentía segura estando con Liam.

¿Qué podía salir mal? Sabía a la perfección que él no me pondría en peligro, así que, confíe y me acerqué a ellos.

Al acercarme el más anciano vino hacia mí, yo me arrodillé y este posó su cabeza en mis manos a modo de saludo, llamadme loca, pero ese era el padre de Liam, Logan. Lo supe en cuanto se acercó y mi intuición no fallaba.

Mientras yo estaba con Logan, Liam estaba jubiloso y se veía lo emocionado que estaba, saber que su hermano y su padre se encontraban bien y habían cumplido su sueño fue el mejor regalo para él.

Y sí, el lobo de pelaje blanco era Jack, cada vez que Liam le abrazaba, el animal aullaba y contemplé cómo se le caía una lágrima.

Vaya, no sabía que los lobos sentían, ni siquiera sabía que lloraban.

Estaba estupefacta, juro que me quedé anonadada, por fin Liam estaba tranquilo y en paz sabiendo que su familia estaba en un lugar mejor.

Logan no paraba de dar saltos a mi alrededor, a pesar de, tener ya cierta edad, así que, decidí contar todos los planes de futuro que tenía pensado hacer con Liam, todas nuestras aventuras y le conté lo tremendamente maravilloso que era su hijo y que habían criado a la persona más fuerte que conocía.

Este se quedó parado mirándome atentamente mientras le contaba todas esas cosas y cuando acabé se acercó a mí y esta vez posó su cabeza en mi regazo. Noté como desde su ojo deslizaba una lágrima hasta mi pantalón. Tenía seguro que no era de tristeza sino de felicidad y de alivió al saber que su hijo estaba bien.

Todo era demasiado bonitoWhere stories live. Discover now