Todo era demasiado bonito

CAPÍTULO 32

APRIL

Creo que esa imagen no se iría de mi cabeza en la vida.

Miré a Liam, él me miró, también estaba sin palabras, y eso que era difícil dejar a mi capullo sin palabras.

Que cojones había pasado para que sucediese esto.

Emily y Connor, joder, Emily y Connor.

Joder, CONNOR Y EMILY, ellos dos como ¿pareja?

QUE COÑO ME HABÍA PERDIDO.

Emily pasaba las manos por la nuca de él mientras este la atraía cada vez más y más, a su vez, Connor, paraba para sonreírle pícaramente mirándole a los ojos y susurrándole cosas al oído provocando una sonrisa en el rostro de ella.

Solo que aquello terminó después de pegarles tal grito.

No sabía si podría seguir siendo espectadora de aquello antes de vomitar por la borda. O tirarme por ella, quién sabe qué opción sería mejor.

Estuve a escasos segundos de optar por la segunda.

Ya que no sabía durante cuánto tiempo podría haber aguantado viendo a esos dos, lo único que pude hacer, y lo que me salió del alma, fue gritar.

Llegados a este punto todo era mejor que ver a esos dos, besándose.

Disfrutando de aquello.

Dios Santo iba a tener pesadillas con aquello cada noche.

— April, cálmate, sabes que estás cosas nunca acaban bien —me susurró Liam mientras tiraba de mi brazo, a pesar de que yo ya estuviese andando a paso firme en dirección a Emily—. ¿O necesitas que te recuerde mis enfrentamientos con Connor?

— Vaya, es la primera que llamas a Connor por su nombre, en vez de "gilipollas", "cabrón" o "inútil sin futuro", quién lo diría.

— April, para, joder, April, no puedes hacer esto. Ellos... parecen felices.

— Oh, Liam, claro que puedo. No me pienso quedar de brazos cruzados y dejar que Connor la haga daño.

— Vaya, quién lo diría.

— ¿Qué?

— Tú diciendo algo malo de Connor.

— ¡¿En serio vas a empezar ahora con eso Liam?!

— Me callo, me callo... —y subió las manos en señal de rendición— ...por ahora —susurró por lo bajo, y aún así, llegué a escucharle, miré atrás, le saqué el dedo corazón y le susurré de vuelta un "que te jodan".

Firme, segura, conteniendo toda la rabia acumulada, contando los segundos para llegar hasta Emily y advertirle de que eso le iba a perjudicar.

En cuanto me escucharon, Connor, puso distancia entre él y Emily, se pasó las mano por su pelo, exasperado, soltando un largo y sonoro suspiro.

Al fin llegué a estar a escasos metros de Emily, de mi mejor amiga, de la única amiga que tenía verdaderamente. Eso de hacer amistades o intentar encajar en un grupo así porque sí no era mi estilo.

—Emily —casi lloré al verla después de casi seis meses sin vernos, pero cuando me acerqué para abrazarla esta retrocedió varios pasos. Su mirada, esa que transmitía alegría y bondad ahora era como un mar agitado, fulminante, si las miradas matasen, la de Emily ya lo hubiera hecho conmigo.

— ¿Quién coño te crees para aparecer así de la nada? Ya estabas tardando mucho en joderlo todo ¿verdad? —miró hacia la derecha y rió frívolamente—. Y justo tenía que aparecer la última persona con la que querría encontrarme en estos momentos —remarcó notablemente la última persona y me miró a los ojos, esa no era Emily, Emily era feliz, sonriente, y la tía que tenía delante, era prepotente, y con expresión indescifrable.