Capítulo 1

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—¡Ufff! Estoy exhausta — dijo Katherine llegando a su residencia junto a sus padres

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—¡Ufff! Estoy exhausta — dijo Katherine llegando a su residencia junto a sus padres.

—¿Y cómo no, cariño? Si has bailado casi toda la noche con el marqués de Normanby — dijo Lilith Debinham, su madre, sonriendo felizmente —. Y déjame decirte que, eso puede ser una oportunidad para que puedas casarte. ¡Y con un marqués!

—¡Mamá! —Kate la regañó con complicidad riendo ella también — Papá, dile algo  — su padre solo levantó las manos en señal de rendición, y era cierto, a su madre, nadie podía llevarle la contraria —. El marqués solo fue amable conmigo por papá. Estoy segura de que quiere algo y primero trata de simpatizar conmigo.

—Pues no es así pastelito, Lord William y yo no tenemos ningún trato, pero si me comentó que está buscando esposa — intervino su padre, Walter Debinham, dejando a Kate sin palabras y, a su madre con una sonrisa muy amplia.

—¡Sí! Estoy segura de que te pedirá ser su esposa — dijo Lilith —, ¿ves? Los vestidos que escojo para ti, si dan resultado.

Katherine la miró alzando las cejas, ¿en serio Lilith pensaba que Lord William se había acercado porque la veía hermosa? ¡Ni hablar! Confiaba en que Leonardo tenía un muy buen gusto por las féminas, y estaba muy segura de que ella no entraba en sus gustos. Es más, Kate estaba muy segura de que algo se traía entre manos Leonardo William.

—Mamá, te he dicho que el verde limón, y el amarillo  no me favorecen.

—¡Por supuesto que sí! Además, son los colores que están muy de moda en parís — respondió su madre mientras caminaban a su habitación.

—Pero estamos en Londres, Londres mamá, la moda aquí es muy diferente, hasta este peinado me hace lucir como una niña de quince años.

—Pero si estás tan hermosa así, pareces una muñequita de porcelana — Lilith la miró con dulzura y le acunó la mejilla, Kate solo sonrió, no quería hacer sentir mal a su madre.

Y el problema era que Lilith aún veía a Katherine como a una niña, pero lo curioso era que a la hora de elegir un esposo no la veía así. Siempre era ella quien elegía los vestidos, y casi todos eran de colores que no le quedaban muy bien con su piel, cuando no eran muy chillones, eran demasiado oscuros. En cuanto a los peinados, su madre siempre ordenaba que fuera peinada con muchos moños y cintas, nunca le habían hecho un peinado acorde a su edad, porque para tener 23 años, parecía muy… aniñada, y sin nada de gracia.

Pero a pesar de todo eso, Kate permanecía feliz, sonreía por todo, daba siempre la razón a todos así estuviera mal, nunca se enojaba con alguien, y sobre todo, amaba a sus padres, eran los únicos que la querían y apoyaban realmente. Aunque tampoco iba a negar que esa noche se había sentido realmente hermosa, estaba entre los brazos de uno de los hombres más libertinos y deseados de Londres. Como también se había percatado de las miradas indirectas hacia ellos, pero las ignoró y disfrutó de ese momento que estaba segura, no se volvería a repetir.

No querias lastimarme (Saga #3 Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora