Katherine Debinham nació en una cuna de oro, pero desgraciadamente no con un título que le abriera las puertas ante la sociedad londinense. Desde pequeña obtuvo privilegios y una familia que la adora. Pero al pasar los años y llegar a su última temp...
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Un nuevo día en la mansión Debinham había comenzado, y con él, la partida de Kate y Leo. Ya era hora de dejar la mansión, y más cuando la presencia de Emily se estaba tornando un poco insoportable para ambos.
―Voy a extrañarte mucho, hija ― dijo Lilith con algunas lágrimas en los ojos.
―Mamá, solo estaremos a pocas calles, puedes ir a visitarnos cuando quieras ― respondió Kate tratando de consolar a su madre.
―Por supuesto que iré a visitarte, no tengo nada mejor que hacer.
―Lilith, mi amor, debes recordar que nuestro pastelito ya está casada, y de seguro ellos querrán pasar tiempo solos ― dijo Walter tratando de que Lilith entendiera que Kate ya no era una niña.
―Pero…
―Mamá ― habló Kate en tono de advertencia, que mejor que ella para conocer los berrinches de su madre.
―Vale, entiendo ― aceptó Lilith abrazando a su esposo.
―Listo, ¿nos vamos? ― dijo Leo llegando a ellos, posicionándose al lado de Kate para tomar su mano ― No se preocupen, Kate estará en buenas manos, y les prometo que ella será feliz.
―Eso me deja más tranquilo ― dijo Walter sonriendo.
―Pronto le enviaremos la invitación para la primera cena que haremos en nuestra residencia, quiero presentar a Kate formalmente a mis padres. Desde que llegamos de Gretna Green no hemos hecho presentaciones formales ― dijo Leo mirando a Kate, mientras, ella no podía parar de sonreír.
―Y recuerden que debemos celebrar una verdadera boda, en la iglesia y frente a todo Londres, quiero ver a mi hija vestida de blanco ― dijo Lilith sonriendo abiertamente mientras divulgaba sus planes.
―Mamá, eso no es muy necesario, ya…
―¡Claro que lo es! ― chilló Lilith interrumpiendo a Kate ― Todo Londres debe conocerte como la Marquesa de Normanby.
Kate miró a Leo algo avergonzada por el comportamiento de su madre, pero este le lanzó una sonrisa tranquilizadora, él ya empezaba a conocer a su suegra, y sabía de lo osada que era Lilith.
En ese instante, Emily decidió acercarse, la mañana habría sido perfecta si ella no hubiese decidido presentarse ante ellos.
―No quería que se marcharan sin antes despedirme ― dijo Emily con su característico tono de voz melodioso, cualquiera que no la cocinera pensaría que ella es un ángel, pero es todo lo contrario ―, es una pena que llegué a Londres justo cuando ustedes deciden marcharse, hubiésemos pasado un tiempo maravilloso, como cuando éramos más jóvenes, ¿recuerdas Kate?
―Y cómo olvidarlos ― respondió Kate sarcásticamente.
Los últimos años que Emily estuvo en Londres, fueron los peores para Kate, fue cuando realmente conoció la personalidad de Emily, y entendió que detrás de su bello rostro y voz angelical habitaba un ser malvado.
