Capítulo 23

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El que se mete donde no debe, escucha lo que no quiere, desgraciadamente, soy una persona que adora estar y escuchar lo que no debe, pero para otros, es algo que termina siendo muy doloroso. Vivimos en una sociedad que se rige por las normas sociales, y que lo único que importa es ser aceptados por la aristocracia, y terminamos olvidando lo más importante, estar bien consigo mismo.

El vigésimo-quinto aniversario de los Debinham resultó ser de lo más entretenido, a pesar de no haber estado presente, ya que las invitaciones fueron restringidas, pude escuchar que todo fue una maravilla, y pudo haber terminado mucho mejor, de no haber sido por la huida de la Marquesa de Normanby, lady Katherine William.

Revista de sociedad de Lady Kennt.

Katherine miraba su reflejo en el espejo, estaba conforme con su aspecto para esa noche, su vestido celeste con tiernos bordados de encaje dorado la hacía lucir totalmente diferente a la Kate que recordaba meses atrás, esa que usaba vestidos muy poco favorable para su figura. Su peinado estaba muy bien elaborado, además de llevar un bello adorno de oro con algunas esmeraldas, haciendo juego con sus pendientes y collar.

Pero aunque se sintiera a gusto y hermosa, su ánimo estaba muy bajo, solo el hecho de saber que estaría con Emily en la misma habitación, hacía que toda la emoción y diversión se esfumaran. Esa noche sus padres celebrarían su vigésimo-quinto aniversario, era su deber estar presente y acompañarlos en un día tan feliz.

Solo esperaba que Emily se mantuviera lejos de ella y de Leo, aunque eso lo dudaba un poco, y más sabiendo como era su querida prima.

—Milady — su doncella la sacó de sus pensamientos, por lo que tuvo que prestarle atención —, su esposo, la espera en el Hall.

—En seguida bajo — respondió Kate, su doncella asintió y luego volvió a salir de la habitación dejándola sola.

Kate suspiró hondo, cerró los ojos y los volvió a abrir, sonriendo un poco, y con voluntad saló de su habitación para dirigirse al Hall, donde Leo la esperaba. Al estar frente a él, su corazón empezó a latir más fuerte y rápido, como siempre sucedía cada vez que estaba a su lado.

—Al fin bajas, debemos irnos ya si no queremos llegar tarde — dijo Leo mirando su reloj de bolsillo, ni siquiera se molestó en detallarla, solo la miró unos breves segundos, algo que le dolió a Kate.

Aunque ya no peleaban, o estaban molestos, la actitud de Leo había cambiado, parecía más frío y distante con ella, es como si hubiese puesto un muro entre ellos que solo se derrumbaba cuando le hacía el amor.

Leo fue el primero en salir de la residencia, Kate lo siguió hasta estar frente al carruaje, Leo tomó su mano para ayudarla a subir y luego subió él, cuando ambos estuvieron acomodados, Leo dio dos golpes en el techo del carruaje para que empezara el viaje. El silencio que había era algo incómodo, al menos lo era para Kate, quien moría por hablar, pero tampoco quería incomodar a Leo, por lo que decidió solo hacer silencio y dedicar todo el trayecto hasta la casa de sus padres a mirar por la ventana.

No querias lastimarme (Saga #3 Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora