Katherine Debinham nació en una cuna de oro, pero desgraciadamente no con un título que le abriera las puertas ante la sociedad londinense. Desde pequeña obtuvo privilegios y una familia que la adora. Pero al pasar los años y llegar a su última temp...
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Tenía una hija.
Era padre.
Leo aún no podía creer que tenía una hija de cinco años, a la cual no conocía, ambos eran desconocidos el uno para el otro, y lo peor de todo, es que no sabía como decirle a Kate que había engendrado una hija con Emily.
¡Dios, su vida estaba fuera de control!
Hace tres días debía haber partido hacia Yorkshire para encontrarse con su esposa y arreglar las diferencias que los estaban alejando, pero ahora tenía otro problema. Leo realmente quiso negar la paternidad que Emily le estaba echando arriba después de cinco años, pero él no era tan irresponsable como para abandonar un hijo a su suerte, y más con una madre como Emily.
-¿Quieres qué, entregue a mi hija para que la críen tú y mi prima? - dijo Emily con falsa ofensa, debido a que su tío, el Sr. Debinham, estaba presente.
Leo se había reunido con Debinham y Emily para aclarar la situación y tomar una decisión respecto a Violet, ese era el nombre de la pequeña.
-¿Y qué querías cuando vienes con mi hija cinco años después, y más cuando ya estoy casado? - preguntó Leo, claramente enojado, no sabía cuál era el plan de Emily cuando decidió revelar la paternidad de la niña - Si quieres que Violet tenga una buena vida y posición en el futuro, tienes que aceptar mi condición. Si la reconozco como mi hija, no será bien vista, la juzgaran por ser una bastarda.
-El marqués tiene razón, Emily.
-Pero...
-Me dijiste que la única razón por la que volviste y decidiste decir la verdad sobre la pequeña Violet, fue para que ella tenga un mejor futuro, y el marqués le está dando uno muy bueno. Cuando Violet tenga la edad de ser presentada en sociedad, nadie podrá rechazarla en los salones de baile y estoy seguro de que su padre sabrá encontrarle un buen marido.
-¿Y dónde quedo yo? ¿Simplemente dejo a mi hija atrás? - dijo Emily, y Leo no podía saber si su preocupación era sincera o fingida.
-No puedo hacer más de lo que estoy haciendo, Emily - respondió Leo con los labios apretados, porque si de algo estaba seguro, era que no quería cerca a esa mujer para toda la vida -, podrás viajar a Londres anualmente y reunirte con ella.
Emily miró a Leo sin creer realmente lo que estaba diciendo, luego miró a su tío, y se dio cuenta de que no tendría su apoyo como imaginó.
-Al menos... déjame convivir con ustedes hasta que Violet tenga más edad y pueda recordarme, temo que con el tiempo olvide quien es su madre - dijo Emily con voz suave, como si estuviese al punto de romperse.
-¡Estás loca si crees que voy a permitir que convivas bajo el mismo techo que mi esposa! - exclamó Leo levantándose de su lugar - Ya sabes mis condiciones, espero que seas sensata y pienses en Violet - Leo miró a Emily por última vez y luego miró a su suegro -. Debinham, hablaremos después, tengo asuntos que resolver.
