Capítulo 32

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Kate abrió los ojos lentamente tratando de asimilar la luz de los rayos de sol que se filtraba por la ventana, llevaba días lloviendo, pero al parecer ese día sería hermoso y perfecto para salir por fin de su aislamiento

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Kate abrió los ojos lentamente tratando de asimilar la luz de los rayos de sol que se filtraba por la ventana, llevaba días lloviendo, pero al parecer ese día sería hermoso y perfecto para salir por fin de su aislamiento.

Desde que Leo había llegado, no había salido de la habitación, y de eso ya hacía tres días, pero también estaba evitando a Oliver, no quería hablar con él, porque si lo hacía, lo que haría sería de todo, menos ser amable. Él le había tendido la trampa para que Leo creyera que le había sido infiel, pero ya era hora de afrontarlo.

Y con respecto a Leo, ella no sabía que hacer, muchas veces, cuando él estaba tan cerca y diciéndole tatas cosas hermosas, quería apretarlo contra ella y besarlo, lo extrañaba horrores, pero debía castigarlo, aunque en el proceso se castigara ella también. Todos los días le llevaba o envía un pequeño ramo de flores que iban acompañadas de una tarjeta, siempre le escribía algo diferente, pero encantador y romántico. Pasaba todas las tardes con ella encerrados en su habitación, mientras ella estaba en la cama acostada, él estaba sentado junto a ella leyéndole un libro, o avece, le contaba algunas de sus aventuras de viaje por el mundo junto a su hermano. Eran pequeños detalles que iban ablandando su corazón, que le demostraba que realmente él quería lograr reconquistarla.

Tampoco podía pasar por el alto cuando despidió a todo el personal de servicio por ella, sin excepción de ninguno, claro que ya tenían sirvientes nuevos, y esperaba que estos fueran mejores que los anteriores.

—Buenos días, milady — dijo Lizzy entrando a la habitación con un ramo de flores y la tarjeta, inconscientemente sonrió, y hasta ese momento, no se había dado cuenta de lo mucho que lo estaba esperando.

—Buenos días, Lizzy — su doncella le dio la tarjeta, y mientras ella la abría, Lizzy retirabas las flores marchitas del día anterior y colocaba las nuevas en el jarrón que estaba justo en la mesita de noche al lado de su cama.

"Me gusta tu perfume, hueles al amor de mi vida"

Kate sonrió volviendo a releer las palabras de Leo, ella mejor que nadie sabía lo bien que se le daban las palabras de amor.

—En unos minutos le traen el desayuno, milady — habló Lizzy sacándola de su ensoñación.

—No será necesario, hoy prefiero desayunar en el comedor, y me gustaría conocer a los nuevos empleados — respondió Kate sorprendiendo a su doncella.

—¿En serio? Quiero decir, me alegro mucho que ya esté con mejor ánimo, milady — dijo Lizzy sonriendo.

—Gracias. ¿Y Leo está...?

—Reunido con el Sr. James, dijo que en cuanto terminara, se reuniría con usted, como cada mañana — respondió Lizzy y Kate asintió —, también dijo que tenía una sorpresa para usted que le alegrará mucho.

Las últimas palabras llamaron su atención.

—¿Sorpresa? ¿De qué se trata? — quiso saber, pero Lizzy sonrió y negó con la cabeza.

No querias lastimarme (Saga #3 Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora