Capítulo 5

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Mirándola con fijeza se dio cuenta de que había cometido el error de culparla, era más que claro que Kate no tenía la culpa de nada, bastante había hecho con entregarle las cartas

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Mirándola con fijeza se dio cuenta de que había cometido el error de culparla, era más que claro que Kate no tenía la culpa de nada, bastante había hecho con entregarle las cartas.

—Discúlpeme, Srta. Katherine, no la estoy culpando de nada, ni mucho menos estoy molesto con usted, más bien lo estoy con Jayne — dijo Leo arrepentido por cómo había reaccionado ante ella.

—Entiendo su molestia milord — Leo rodó los ojos al escuchar “milord”, le costaría mucho lograr que ella lo tuteara.

—Creo que merecía mucho más que una carta, ¿una despedida en persona tal vez? Podría haberla ayudado si me hubiera dicho esto — señaló la carta — mucho antes. Desde el principio no estuve de acuerdo con ese matrimonio, el conde no era para Jayne.

—Lo sé, pero soy testigo de cómo Amelia y Jayne llegaron a mi casa, estaban desesperadas, y creo que las circunstancias no era para despedidas formales — dijo Kate un poco más relajada. Él había hecho bien en disculparse, de lo contrario se hubiera bajado del carruaje sin decir una palabra.

Más que todo, tenía orgullo.

—Claro, solo espero que pueda ser feliz, es mi hermana y le deseo lo mejor — dijo Leo —. Aunque no creo que mis padres se tomen muy bien la noticia.

—Vaya, ¿no se alegran por su hija? — preguntó Kate.

—Mis padres son muy diferente a los suyos, Srta. Katherine. Ellos hacen todo por y para su beneficio — respondió Leo algo apenado —. A veces me pregunto dónde quedaron mis verdaderos padres, esos que nos amaban de verdad.

—No sé… qué decir, nunca he estado en esa situación, mis padres son… bueno, ya pudo ver algo en la cena de anoche — ambos rieron, luego quedaron callados sin más que decir, Kate no quería arruinar el momento y mucho menos quería hacer sentir mal a Leo diciéndole lo maravillosos que son sus padres con ella.

—La Sra. Lilith me cae muy bien — dijo leo sonriendo.

—Como no, si es su cómplice — respondió Kate y Leo rió aún más —. Sabe cómo jugar sus cartas, marqués.

—¿Por qué no me tuteas? Estamos solo los dos — dijo él.

—Ya le dije, eso no sería educado, además…

—¿Además qué? — indagó Leo y ella lo pensó un poco antes de responder.

—Pienso que para tutearlo debería haber más confianza entre los dos — respondió Kate.

—¿Y no la hay?

—No — respondió rápido y tajante, sorprendiendo nuevamente a Leo.

—Comprendo, no la forzaré a que confíe en mí, más bien haré que confíe libre y espontáneamente, verá que no solo soy ese granuja que sé que piensa que soy.

No querias lastimarme (Saga #3 Amores Encadenados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora