Capítulo 6

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Espero a que todo el mundo se vaya para poder relajarme. Fred decide darse una vuelta por el baño y yo me quedo con la cabeza escondida entre los brazos, sintiéndome un poco menos insegura con la presencia de la profesora. De seguro ella no detendría a Damon si comenzaba con alguna de sus estupideces, pero estaba segura de que gente como Evangeline no se atreverían a ensuciar su inmaculada reputación con los maestros por meterse conmigo.

Sigo sumida en la desesperanza cuando alguien da dos golpecitos en mi brazo. Por un momento pienso que es Fred que ha vuelto del baño, pero en cambio me encuentro con los mismos ojos azules que me torturan despierta y dormida, solo que en el rostro de otra persona.

Me tenso y mi modo defensivo entra en acción. Miro al primo de Damon con cautela y sigo cada uno de sus movimientos, atenta a cualquier alarma.

—Hola, soy Ashton. Un gusto.

Miro su mano con recelo y él suelta un suspiro.

—Lo sé, lo sé, soy el primo del imbécil que acaba de acosarte en frente de todo el mundo. Pero créeme, no soy nada como él.

No estoy segura de si creerle o no. Él es un Hunter y los Hunter son problemas. Tampoco puedo evitar recordar lo encantador que fue Damon cuando lo conocí por primera vez, cómo caí en sus redes como la tonta que estoy convencida que soy sin siquiera pensar más allá de mis estúpidas hormonas adolescentes. Además, siempre he sido una horrible juzgadora de carácter.

Ashton finalmente retira su mano. No parece ofendido de que no se la estrechara, sobre todo cuando coge uno de los pupitres a mi lado y lo mueve hasta que puede sentarse en frente de mí.

—Está bien, creo que he empezado mal. Damon y yo no nos llevamos bien, solo quería preguntarte qué era lo tan terrible que habías hecho para que te odiara de esa forma. ¿Sabes? Mi primo no es de aquellos que disfrutan haciendo sentir mal a los demás porque sí.

No puedo evitar reír por lo estúpida que suena esa afirmación.

—Pudo haberme engañado —bufé.

—Entonces, uhm... Blakely...

—Blake —lo interrumpo, casi de forma automática.

—Blake —corrige—. ¿Qué fue lo que hiciste?

Me encojo de hombros, sabiendo que yo misma me he hecho esa pregunta innumerables veces.

—No tengo idea.

—¿No tienes idea? —me mira extrañado.

—Te diré una cosa sobre tu primo, Ashton...

—Ash —me corrige y yo ruedo los ojos.

—Ash —repito y continúo—: Damon es un puto sociópata de proporciones estratosféricas. Alguien como él no necesita una razón para odiarme. En su cabeza, yo soy lo peor que pudo haberle pasado a su vida.

—No te des tanta importancia, Brooks.

Ambos nos exaltamos ante la voz de Damon. Nos está mirando como si estuviera listo para asesinarnos. Ashton no parece afectado, pero yo siento que voy a vomitar. ¿Por qué ha vuelto?

—Aléjate de ella, Ashton —le dice con voz firme a su primo. Puedo sentir el desdén y la frialdad en su voz, tan fuerte que me da un escalofrío.

—Acabo de llegar y ya estoy recibiendo órdenes tuyas, Damon. ¿Por qué no me sorprende?

Veo a la profesora agarrar sus cosas y dejar la sala. Estoy segura de que no quiere meterse en uno de los pleitos de Damon, y tampoco la culpo. El último profesor que lo hizo terminó sospechosamente despedido al día siguiente.

Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora