Capítulo 17

6K 452 73
                                    

Blakely

Estoy llorando tan fuerte que no siento los pasos detrás de mí hasta que escucho un carraspeo. Mortificada, me giro para encontrarme con el monstruo de todas mis pesadillas y el amante de todos mis sueños.

—¿¡Qué haces aquí!? Dios, eres un jodido psicópata.

No tengo idea de qué es lo que quiere Damon, pero no estoy dispuesta a quedarme para averiguarlo, así que comienzo a caminar a paso agigantado, limpiando con mi chaleco las lágrimas vergonzosas que ya han mojado mis mejillas.

—No quiero pelear —él me sigue.

—¡No me interesa! —sigo caminando, pero Damon no se rinde.

—Solo quiero que hablemos.

—¿Hablar? Mierda, Damon. Cualquier charla que podamos tener murió después de lo que tú y Evangeline me hicieron hoy.

—Sé que crees que tuve algo que ver, pero no fue así.

—¡Claro que tuviste que ver! Eres un psicópata y un sociópata. Ten la decencia de al menos dejarme sufrir en paz.

—Blakely —su voz suena exasperada—, hoy no tengo ganas de pelear. Solo quiero saber si estás...

—¡Entonces vete! —lo interrumpo.

—Lamento lo que pasó hoy, ¿está bien? No tenía idea de lo que Eva iba a hacer, me enteré incluso después de ti.

En mi confusión, me giro y lo miro perpleja. Damon parece estar volando en otra dimensión mientras espera mi reacción, pero sinceramente no sé qué decir.

Damon Hunter no se disculpa con nadie, mucho menos conmigo.

Me pregunto cuál es su estrategia esta vez, pero si algo sé con certeza de Damon es que no se disculparía conmigo ni siquiera como parte de algún plan macabro para dejarme en vergüenza frente a todo el mundo.

—¿Lo lamentas? —repito solo para asegurarme de que no estoy escuchando cosas.

—Es lo que dije, ¿no? —responde con sequedad.

Me cruzo de brazos y lo miro con exasperación, esperando alguna explicación, pero Damon no parece estar dispuesto a decir mucho más. No sé qué está mal con él, pero definitivamente algo está mal conmigo porque he olvidado la vergüenza y el dolor que siento y estoy enfocada en el remordimiento que veo en sus ojos. Damon es el imbécil más seguro que conozco. Para él, todos somos sus súbditos y todo lo que toca se convierte en oro, por eso la mirada llena de conflictos en nueva. No sé cuál es su problema hoy y no creo que quiera averiguarlo, pero tampoco me hace sentir bien saber que él no esté bien.

Aunque debería, pero no puedo ser igual de frívola que él, por más que lo intente.

—¿Faltaste a clases para esto?

—Entre otras razones —se encoje de hombros, como restándole importancia, pero puedo ver que está tratando de ocultar sus propios problemas.

—De todas formas —dejo caer mis brazos al costado—, eso no cambia nada. Sabiendo o no, no habrías hecho nada para detenerla.

—Te equivocas —niega con la cabeza. Su voz suena distante.

—¿Qué te pasa?

—Nada. ¿Qué te pasa a ti?

—Sabes perfectamente qué es lo que me pasa a mí —mascullo—. ¿Cuál es tu problema, Damon? Últimamente estás caliente y frío, y sinceramente estás comenzando a marearme. ¿Qué planeas?

Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora