Capítulo 43

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Damon

—¿Cómo te sientes? —me pregunta Ashton por quinta vez.

—Estoy bien, como te sigo repitiendo. Ya no duele.

—El doctor dijo que podrías volver a jugar hockey dentro de un mes. ¿Realmente volverás?

—Por supuesto que volveré. ¿Crees que una pequeña lesión me sacará del deporte que amo? Sí que piensas poco de mí, primo.

—Damon... casi moriste —me recuerda, como si todos no lo hicieran ya.

—Lo sé, simple mala suerte —me encojo de hombros, como restándole importancia. La única cosa que me había asustado de morir era haberme ido sin decirle a Blake la verdad, y ahora que ya había decidido mi siguiente paso, no tenía miedo de que las cosas salieran mal, al menos no después de que hubiese hablado con ella.

—Eso fue más que mala suerte —hace una mueca.

—No importa lo que fue. Si crees que puedes agarrar mi puesto en el equipo, te equivocas —me burlo.

—Eres un imbécil, Hunter —Ashton rueda los ojos mientras se va, pero puedo ver que se está riendo.

Miro mi celular por quinta vez. He estado intentando encontrar el valor para llamar a Blake, pero sigo posponiéndolo. La flor de origami quema en mi bolsillo y en mis manos cuando la toco, me recuerda a Scott y me recuerda a Blake, pero al mismo tiempo me recuerda que nunca debí haber puesto los sentimientos por mi hermano y los sentimientos por Blake en la misma flor de papel.

—Recuerdo cuando Scott y tú tenían la casa llena de esas cosas —menciona papá casualmente mientras mira la flor.

Por primera vez en toda mi vida, papá se ha tomado vacaciones y está en la casa, al igual que mamá, que por primera vez ha usado sus vacaciones para estar conmigo y no para ir a alguna playa paradisiaca del caribe con sus amigas. Ambos están preocupados y quieren cuidarme, como una redención por no haber sido capaces de cuidar a Scott.

A esta altura, estaba comenzando a perdonarlos. Es lo que habría hecho Scott. Habría soltado un patético discurso sobre cómo nuestros padres siempre estaban ocupados trabajando porque querían darnos lo mejor a ambos.

Sonrío ante el pensamiento.

—¿No vas a volver a darme un sermón sobre Blakely? —pregunto con sequedad. Papá suelta un suspiro y deja su café sobre la mesa.

—Debes perdonarme por creer que Blakely y su padre pueden usarte para que las acusaciones de asesinato en tu contra tengan un cimiento de dónde agarrarse.

—Claramente no conoces a Blake. Ella nunca haría algo como eso.

—Y aún así, sigue siendo parte de la familia que arruinó nuestra vida —dice tajante, y no puedo evitar pensar que era lo que yo me seguía repitiendo cada vez que intentaba odiar a Blake con todas mis fuerzas.

—Steven y Helen Brooks arruinaron nuestra vida, papá, no Blakely.

Esta es la primera vez que pronuncio las palabras en voz alta, y me sorprende lo ciertas que suenan. Finalmente soy libre, finalmente he dejado ir el resentimiento que me carcomía.

Y ahora puedo intentar arreglar las cosas con Blake.

La experiencia de casi muerte sí que me había hecho cambiar de perspectiva después de todo.

—Espero que sepas lo que haces, hijo —suspira—. De todas formas, no te voy a detener.

No le contesto mientras sigo mirando la pantalla de mi celular. Finalmente decido que no puedo seguir posponiendo lo inevitable y le marco a Blake.

Stone cold touchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora