(¡EN EDICIÓN!)
Namjoon y Jin no esperaban tener tanto chamaco, pero a final de cuentas así pasó. Una familia divertida, desastrosa, numerosa, inigualable y, sobre todo, amorosa.
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Riki decidió volver a usar su cámara.
El pequeñín se vistió rápidamente, agarró su cámara y fue rumbo a las escaleras, pero, había algo raro.
- ¿Papis? - preguntó al ver a sus dos padres, y mamá de sus otros hermanos, en la sala.
- Cariño, ven acá. - Jin le llamó y el pequeño corrió hacia él. - ¿Cómo has estado? - preguntó mientras le acomodaba algunos cabellitos rebeldes que caían frente a sus ojos.
- Bien.
- ¿Si? - Jin sonrió cuando su hijo volvió a responder afirmativamente. - ¿Tus hermanos te cuidan muy bien?
- Sip, me encanta que se preocupan por mi.
Riki sonrió en grande.
- Además, cuando no tengo tarea, salgo a jugar con Sunoo.
El nene relató algunos de sus días juntos a sus hermanos y amigos de la escuela.
- Oh, ayer Jungkook defendió a Soobin y Jay. Kookie es un buen hermano. - afirmó con seguridad.
- Es por eso que estamos aquí. - Namjoon decidió hablar.
Riki ladeó un poco su cabecita mientras miraba a sus dos papis y la adulta frente a él.
- ¿Y por qué viene ella? - preguntó sin vergüenza alguna, también la apuntó con su pequeña manita.
- Porque también es mamá de Soobin y Jungkook. - Le respondió tranquilamente Namjoon mientras bajaba lentamente la manita de su hijo más pequeño.
- Riki, espero y no te moleste. - Hyejin le sonrió y el niño le sacó la lengua.
- Esperemos a que vayan bajando. - ordenó Jin.
En cuanto los hermanos mayores de Riki comenzaron a bajar... todo fue caos. Comienza en que Jungkook, Soobin y Jay fueron regañados por meterse en peleas, los otros por no defender sin violencia a sus hermanos. Riki y Jungwon estaban en medio de todo eso sin saber qué hacer. El mayor de los dos pequeñines comenzó a llorar, siendo así que Jin lo tomó en brazos y comenzó a tratar de calmarlo.
Riki, Riki se fue silenciosamente, se coló sus zapatillas azules con blanco y salió de la casa con cuidado.
- ¿Riki? - Hoseok le había abierto la puerta. Riki asintió. - ¿Qué te trae por aquí? - preguntó abriendo la puerta por completo.
- Mi familia está peleando. - respondió con simpleza.
Pareciera que no le dolía, pero, el pequeño sentía que algo en su pechito dolía al ver cómo se gritaban entre todos.
