(¡EN EDICIÓN!)
Namjoon y Jin no esperaban tener tanto chamaco, pero a final de cuentas así pasó. Una familia divertida, desastrosa, numerosa, inigualable y, sobre todo, amorosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos despertaron con tranquilidad, más temprano que los demás días.
Jake ya había vuelto a la escuela, así que los nueve hermanos se iban felices juntos a sus instituciones correspondientes.
- Laven sus dientes. – ordenó Yoongi, al ver siete niños estaban a punto de salir por la puerta.
Con flojera, dejaron caer sus mochilas al suelo y corrieron escaleras arriba.
Ya listos, fueron rumbo a la escuela, Yoongi estacionó el auto y, junto con Jungkook, fue a dejar a Jungwon y Riki a la sección de primaria.
- ¿Hoy es cuando les dirán? – era la hora de receso y los mellizos, Jay y Jake, estaban junto al otro par de mellizos, Tae y Kai.
- No lo sé, pero espero que sí, ya casi será la fecha establecida. – Tae se encogió de hombros y le dio una mordida a su sándwich.
Kai, quien apenas le había dado un sorbo a su jugo de naranja, decidió opinar también. – Deberían de decirle ya, es el capitán y es el único del equipo que no lo sabe, es más, hasta varios de la escuela ya lo sabemos. – carraspeó.
- Concuerdo con Kai. – dijo Jake.
Terminaron de desayunar y cada uno fue a su salón correspondiente, encontrándose con sus amigos y compañeros.
- Jungkook. – el entrenador llamó a aquel chico a cargo del equipo que mejor iba en las estatales.
- ¿Sí? – se acercó trotando, debido a que se encontraba a la mitad de la cancha.
- No quiero asustarte, ni nada, pero las nacionales ya van a ser y... ¡quedamos seleccionados contra Seúl! – celebró el adulto.
Kook se quedó un momento sin decir nada, intentando reaccionar.
- ¿Y apenas nos lo dice? – preguntó algo indignado.
- Bueno... no quería que el capitán se estresara mucho antes del partido. – tocó el hombro del conejito.
- ¿O sea que los demás ya sabían? – quitó la mano de su entrenador. – No lo sé, debo pensarlo y debo hablarlo con mis padres, a ver si me dejarán asistir al partido. – dicho eso, regresó a donde estaba, recogiendo los conos naranjas que habían usado en el reciente entrenamiento.
- ¿Por qué tan enojado, hermanito? – Yoongi le preguntó cuando Kook se subió de copiloto en la camioneta.
Un suspiro algo duradero y enojado se escuchó por su parte. – Todos sabían que estamos seleccionados para las nacionales, pero ni siquiera los del equipo quisieron decírmelo cuando el entrenador se los había dicho, ¿sabes cuánto llevan ocultándolo? – Yoongi iba a responder que no lo sabía, pero su menor se le adelantó. - ¡Dos malditas semanas! – exclamó entre indignado y enojado.
Una risita en la parte trasera se escuchó.
- Malditas. – arremedó Riki a quien había dicho aquella mala palabra.
