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Despierto al escuchar la alarma, se supone que hoy no tengo clases pero me gusta levantarme temprano para empezar mis deberes y terminarlos a tiempo.

Me levanto de la cama, tomo mi bata y voy a la ducha para asearme, salgo al terminar y me visto, faltan un par de horas para ir a la oficina así que puedo tomarme algo de tiempo para revisar mis pendientes.

Justo voy a la cocina cuando escucho mi teléfono sonar, lo tomo y acepto la llamada al notar que viene de la empresa de mi tío.

─¿Diga?

─Erick, soy Richard─responde y parece algo preocupado─ disculpa por molestar, sé que entras más tarde hoy pero el señor Pimentel no aparece por ningún lado, le hablé a su casa y a su móvil pero rechaza mis llamadas.

─Tal vez siga durmiendo, ayer fue su aniversario ─aviso encendiendo la cafetera.

─También lo pensé pero la señorita Mónica no responde tampoco, no quiero ser pesimista pero temo que les haya pasado algo.

─Comprendo, voy a buscar a su casa y cualquier cosa que sepa te la hago saber.

─Muchas gracias, suerte ─dice y cuelga la llamada.

Mierda, ese chico ya me preocupó.

Apago la cafetera antes de que termine de hacer su trabajo, tomo mis llaves y salgo de la casa.

Lo que sea que haya sucedido parece grave, mi tío no faltaría a la oficina por cualquier cosa.

Intento hablarle en el camino pero también rechaza mis llamadas, al de la casa ni siquiera responde.

Vamos.

Llego a su domicilio, estaciono el auto rápidamente y salgo del auto.

Toco el timbre de la entrada pero nadie responde, afortunadamente tengo una copia de su llave y la uso para entrar.

Dios mío.

Las sillas están tiradas así como algunos pedazos de cristal, parece que hubo una fuerte pelea.

Ay no, debo llamar a la policía.

Subo las escaleras mientras busco el número de emergencias, la puerta del cuarto del mayor está abierta así que entro esperando lo peor listo para presionar "llamar".

¿Qué?

Mi tío está bien, o eso parece, está recostado en su cama, su camisa blanca está completamente arrugada, su corbata deshecha y su cabello apunta a todos lados.

─Tío ─llamo acercándome.

─Hola Er─saluda sonriendo pero parece triste─ lo siento, debí responder para no preocuparte.

─No se fije en eso, ¿Qué le ocurre? ─pregunto acercándome hasta el pie de la cama y me siento─ ¿Se siente mal?

─Demasiado ─contesta luego de una risa falsa─ ¿Sabías que el amor duele, Er?

─Tengo una idea de ello ─contesto usando como referencia mi situación actual─ creo que si, a veces suele doler.

─¿Por qué? ─cuestiona sentándose y va a mi lado ─¿Por qué crees que el amor duela?

─Yo... No lo sé, pero pasa.

─Sí, solo pasa ─afirma llevando su mano a su bolsillo y saca un anillo─ Mónica terminó nuestra relación.

Ay no.

─Tío...

─Terminó conmigo en nuestro puto aniversario ─maldice enojado dejando escapar un par de lágrimas de rabia─ Hice el mayor ridículo al intentar proponer una fecha para nuestro matrimonio porque está interesada en alguien más.

─Tío...

No me deja hablar y llora en mi hombro, llevo una mano a su cabeza intentando consolarlo.

¿Qué pudo haber pasado?

Estaban bien, parecían completamente enamorados.

Siento los espasmos del mayor por su llanto, me duele verlo así.

─Gracias por venir Erick, necesitaba esto ─agradece levantándose de mi hombro─ tomate el día, no iré tampoco a la oficina.

─De acuerdo ─accedo viéndolo levantarse de la cama─ ¿Se dará una ducha?

─Sí, quiero despejarme, ¿Podrías hablar a la oficina? Diles que me presentare hasta mañana.

─Claro.

Entró a su baño y busco mi teléfono para hacer la llamada, de verdad me intriga lo que sea que haya sucedido.

Parecía que Mónica lo amaba de verdad, y sé que él si lo hacía.

Yo mismo veía como se desvivía por hacerla feliz, ¿Qué pudo haber cambiado?

Esto no parece justo.

Le aviso a Richard que mi tío está bien, no le doy mayores explicaciones además de que no iremos hoy a trabajar.

Él puede encargarse.

Luego de unos minutos sale del baño con una toalla cubriendo su cintura y tiene su torso al descubierto, deja notar algunas gotas recorrer su piel y su cabello.

No es momento para pensar en lo afortunado que soy por tener esta gran vista.

─Lo dejaré vestirse ─aviso saliendo de la habitación.

De verdad no se merece esto, es un gran sujeto y cualquier persona tendría suerte de tenerlo.

Joerick: ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora