06

157 21 9
                                    

No hay mucha distancia entre nuestros labios aunque no hacen contacto, solo se rozan levemente pero ninguno de los dos se atreve a acercarse más.

Alcanzo a sentir su respiración en mi labio superior, noto que sus ojos están fijos en mi boca, al bajar mi mirada a la suya veo como lame sus labios humedeciéndolos sin estar muy seguro de que hará.

Que lo haga, por favor, que lo haga.

Muerdo mi labio inferior intentado que haga otra cosa y lo logro.

Por fin me besa.

Es tierno, es muy dulce y eso me gusta.

Cierro los ojos y me dejo llevar, su lengua hace contacto con mi labio inferior así que abro la boca para darle lo que quiere.

Mete su lengua y la siento acariciar la mía, suelta mi rostro un momento y hace que me levante del asiento, me toma de la cintura y me lleva a la pared más cercana donde continua con la lucha de nuestras lenguas.

Me recarga en la superficie sin soltar mi cintura y llevo mis manos a su espalda, no puedo creer que este esté pasando.

Me encanta.

Se separa a momentos para respirar y aprovecho para llenar mis pulmones de nuevo pero no espera demasiado y vuelve a mi boca para seguir jugando con ella.

¿Qué es esto?

Empiezo a sentir algo crecer contra mi entrepierna que también se levanta, se está excitando.

En serio logro excitarlo.

Deja mis labios por un segundo y va a mi cuello dejando algunos besos dejándome encantado con la sensación.

El dulce sabor del vino se intensifica en mi boca y sonrío al sentir como pasea por todo mi cuello con la suya, llenándome de lamidas y de besos cada que tiene oportunidad.

─¿Te gusta? ─susurra en mi oído y siento escalofríos con lo ronca que salió su voz.

─Sí, me gusta.

─Qué bueno, a mí también ─afirma cargándome y vuelve a mis labios.

Me besa apasionadamente volviéndose más rudo con cada segundo y no me suelta, llevo mis manos a la parte trasera de su cuello para sostenerme y siento movimiento ya que empieza a caminar.

Llega al sillón donde me recuesta delicadamente y se encima posicionándose entre mis piernas.

Su boca es muy hábil, maneja la mía con una dulce dominación que vuelve a la mía completamente sumisa y sin oponer la menor resistencia.

Y no me importa para nada.

Sé que está mal.

Sé que no debería.

Pero sé que me encanta como se siente.

Se detiene un momento para quitarse su corbata, me levanto un poco y lo ayudo arrojándola lejos.

Desabrocho sus botones y me mira sonriendo, posa su mano en la mía deteniéndome y me guiña un ojo.

─¿Quieres verme?

─Sí, por favor.

─Primero tú ─pide mordiendo su labio inferior.

Asiento y quito los botones de mi camisa sintiendo la mirada curiosa del mayor que me observa recurriendo mi torso de abajo hacia arriba.

Una vez término de desabotonarla me la retiro y escucho un gruñido de su parte.

─Tienes un cuerpo perfecto ─halaga pasando sus dedos por mi pecho─ quítame la camisa.

Accedo sin que tenga que pedirlo dos veces, quito todos los broches y quito su camisa.

Está marcado mucho más que yo, sus brazos denotan el tiempo que suele ocupar para ejercitarse.

Como me encanta este hombre.

Acaricio sus brazos comenzando por los hombros hasta llegar a sus manos y repito hipnotizado por el contacto, me deja divertirme hasta que lleva su boca a mi pecho.

Se recuesta de nuevo contra mí, toma mi mano izquierda y la presiona sin dejar de besar mi pecho.

Siento su mano libre pasear por mis piernas y aprovecho para llevar las mías a su espalda.

Siendo alguien que cuida su cuerpo no me esperaba menos de él.

Siento sus músculos que sobresalen demasiado, lo había visto algunas veces sin camisa pero últimamente no porque no salíamos a ningún lado.

Y la vista no se compara con tocar.

Es mucho mejor de lo que había imaginado.

Siento que se mueve más y más sobre mí creando más contacto entre nuestras pieles, alcanzo a ver desde aquí su erección creciente y no puedo esperar a tenerla en mí.

Llevo una de mis manos abajo recorriendo sus abdominales hasta llegar a su erección.

La acaricio sobre la tela haciéndola crecer aún más.

─Ja, alguien tiene una mano curiosa ─susurra al sentirme─ continua.

Hago caso sintiendo como con cada toque se excita más denotándolo con su respiración cada vez más errada.

La tomo haciendo algo de presión y él detiene sus besos y deja salir un gruñido más fuerte.

─Ahh, eso es ─gime volviendo a mi pecho─ sí, continua, Mónica. 

Joerick: ParadiseWhere stories live. Discover now