07

142 23 1
                                    

Preparo el desayuno y lo dejo en la estufa listo para que lo caliente cuando despierte.

Creo que debo irme.

Salgo de la cocina pisando cuidadosamente para no hacer ruido, sigo así hasta llegar a la sala donde mi tío duerme en uno de los sillones.

Giro la perilla intentando que no suene demasiado.

─Er ─nombra a mi espalda─Er.

Maldita sea.

Giro encontrándome con él, lleva su mano a su ojo derecho y se ve que intenta acostumbrarse a la iluminación.

─Dios, mi cabeza ─maldice llevando su mano libre al área afectada─ ¿A dónde vas?

─Debo ir a casa, quiero limpiar un poco antes de ir a la oficina ─miento agachando la cabeza─ dejé algo para que almuerce, descanse un poco más, si no irá a la empresa avíseme para poder hacerme cargo.

─No, descuida, iré ─asegura irguiéndose completamente─ creo que bebí demasiado.

─Sí, algo, bueno ya debo irme.

─No tienes que hacerlo, es muy temprano ─nota viendo el reloj de la sala─ quédate algo más.

─No es necesario.

─¿Por qué estás tan serio? ─cuestiona poniéndose de pie y nota la camisa en el suelo junto con su corbata─ no recuerdo haberme quitado la camisa... Ay no.

─Tío...

─Mierda, ahora lo recuerdo ─maldice sentándose de nuevo y lleva sus manos a su cabello─ Dios, Er, yo no, perdóname.

─En serio, tío...

─No a ver, ¿Qué rayos hice? Erick, ¿Te lastimé, verdad? ─insiste parándose y avanza hacia mí pero se detiene a medio camino─ de verdad perdóname, yo no sabía lo que hacía, sé que no es justificación el alcohol pero te juro que lo que menos quiero es herirte, lo sabes.

─Lo sé, cálmese ─pido acercándome yo porque me da indicios de que él no lo hará─ no se sienta mal por favor, ambos estábamos tomados y no llegó a mayores.

─¿De verdad?

─Lo juro, se detuvo justo a tiempo, no recuerdo muchas cosas pero si de que paramos antes de avanzar a algo más.

Me mira temeroso sin saber qué hacer, odio que se sienta tan culpable.

─Erick, de verdad lo siento.

─No debe hacerlo, estoy bien.

─Prométeme por favor que sí llegué a hacerte daño me lo dirás, no aguanto lastimarte, eres muy importante para mí.

─Yo lo sé y no hizo nada ─insisto abrazándolo─ nunca podría lastimarme.

Duda antes de corresponder el abrazo porque no sabe si es correcto pero siento sus brazos rodear mi cuerpo lo que me alivia.

Presiona un poco más el abrazo y lo dejo porque sé que debe sentirse mal, bebió de más e hizo lo que su cuerpo pidió.

Que tiene razón, en cualquier otra circunstancia eso está mal y no tiene justificación alguna sobrepasarse con alguien usando su estado como excusa.

Pero lo mío es más grave que eso.

Me separo un poco y lo miro a los ojos, le regalo una sonrisa que me corresponde, aún se ve algo culpable pero está mucho más tranquilo que hace minutos.

─Si quieres tomate el día, llevaré los papeles y volveré a casa ─permite quitando un mechón de cabello de mi frente─ lo siento tanto pequeño.

─Ya le dije que estoy bien ─repito riendo para calmarlo─ se lo juro, y está bien, creo que necesito el tiempo así que le tomaré la palabra.

─Bien, cierto dejaste tu auto, ¿Quieres que te lleve? Solo dame unos segundos para arreglarme, así aprovecho para dejar los papeles en la oficina.

─No es necesario, puedo usar un taxi.

─Comprendo, no quieres estar tan cerca de mí ─asegura con una sonrisa triste─ tomate tu tiempo Er.

─No es eso, bueno, lo esperaré para irnos juntos.

─No quiero presionarte.

─No lo hace, es solo que no quiero hacerlo pasar molestias pero si sigue teniendo esas preocupaciones por mí quien sentirá más culpa soy yo así que ande, lo espero.

Asiente y sube las escaleras para ir a su habitación, descanso un poco en el sillón y suspiro hondo.

Malditas hormonas.

Maldito corazón.

Esto no debió pasar, él no debe sentirse así conmigo.

Porque el culpable fui yo.

Recuerdo todo, yo no bebí tanto como él y aun así quise seguir.

La verdad pensé que estaba consciente de sus acciones, por Dios, dijo mi nombre antes de besarnos, esperaba que sintiera lo mismo que yo y tuviera la necesidad de hacer algo al respecto.

Quien se aprovechó fui yo, quería tenerlo, que me hiciera suyo.

Y no presté atención a que no estaba del todo en sus sentidos, y ahora se siente culpable pensando que se aprovechó de mí.

Baja las escaleras y me hace una señal para que lo siga, vamos a la oficina para que pueda tomar mi auto y de ahí irme a mí casa.

Necesito descansar.

Llegamos y se estaciona, él llevará los papeles y luego volverá así que no necesita que lo acompañe, abro la puerta pero me detiene antes de que salga.

─De verdad lo siento Er, no quería lastimarte y no importa el tiempo que quieras tomarte, haré que vuelvas a confiar en mí.

Joerick: ParadiseWhere stories live. Discover now