09

127 24 6
                                    

Una semana después de la visita de Mónica y las cosas se han vuelto más inciertas para mí, ha venido algunas veces más después de eso y cuando quiero tocar el tema con mi tío cambia el tema rotundamente.

Nada bueno puede venir de eso.

Volveré a la escuela él lunes y dejaré de pensar en esas cosas, necesito dejar de hacerlo y comenzar desde cero.

Debo olvidarme de él.

No es que estuviera atado a la idea de hacer una vida juntos pero creí que podría soportar la idea de no tenerlo.

Aunque de verdad duele, ya no puedo con esto.

─Er ─me llaman y pongo atención cuando veo de quien se trata.

─Hola Zabdiel, ¿Qué ocurre?

─¿Estudias en la universidad del centro, cierto?

─Sí, ¿Por qué?

─Genial, el lunes vuelves a clases y quería saber si podría acompañarte.

─Okey... ¿Me das más detalles?

─Bueno, tengo un trabajo de espía ─susurra discretamente y ruedo los ojos.

─¿Acosas a alguien y quieres ir conmigo para no parecer un raro?

─Acoso suena muy feo, dejémoslo en conocer desde lejos.

─Bien, vamos en mi auto.

─No porque debo volver aquí inmediatamente y no quiero usar transporte público, yo te llevo y te traeré aquí cuando salgas.

─Que amable... Lo haces para conocer desde lejos más tiempo al sujeto, ¿Cierto?

─Basta de preguntas, el lunes te llevo y te callas ─ordena volviendo a su puesto.

Su rostro tan serio hace contraste con el idiota que es en verdad pero eso no le quita el ser bueno en el trabajo.

El resto del día pasó bastante rápido, para mi suerte Mónica no vino hoy lo que automáticamente mejoró mi día.

Me levanto del asiento y entro a la oficina para despedirme, me hace una señal con la mano pidiéndome que lo espere porque habla por teléfono.

Obedezco y me siento esperando no ser inoportuno, solo quiero irme ya, mañana es mi día libre y quiero descansar de esto todo lo que pueda.

Ahora que volveré a clases al menos estaré ocupado.

─Sí, nos vemos el lunes, hasta luego ─termina la llamada y fija su vista en mí─ lo siento, Mónica.

¿Es en serio?

─No se preocupe ─digo fingiendo una sonrisa─ ya me voy, el lunes entraré algo más tarde porque ya inician las clases.

─De acuerdo sabes que no me molesta, debo resolver unas cosas por allá así que si gustas puedo llevarte.

─Gracias, es que quedé con alguien ─informo levantándome de la silla.

─¿Quedaste con alguien?

─Sí, pero no se preocupe porque llegaré a tiempo para trabajar, ¿Necesita algo más?

─No, puedes ir a casa ─permite algo más serio de lo normal─ descansa.

Asiento con una sonrisa y salgo de la oficina, tiene que estar bromeando.

¿De verdad piensa volver con ella? Hasta parece que le gusta sufrir.

Aunque no me queda muy bien hablar al respecto.

Llego a mi casa y me recuesto el resto del día, previamente arreglé todo para mi regreso porque no me gusta tener que hacerlo a las prisas y puedo perder algo de tiempo.

De verdad intento hacerme a la idea de dejar de pensar en él y de esperar algo más, no solo porque es incorrecto sino que atormenta demasiado mi calma.

He tenido algunas propuestas de la escuela e incluso uno que otro compañero del trabajo, salidas, paseos y cosas del estilo.

No estaría mal aceptar alguna vez ahora que pienso deslindarme por completo de Joel.

De mi tío.

Ya por fin lunes.

El tiempo pasó más rápido de lo que me hubiera gustado y estoy en la escuela y fue una terrible idea tener a Zabdiel como mi chofer, es un chico sumamente raro de apariencia engañosa.

Por fuera parece un roble pero en el interior es un bebé sin dirección alguna, a veces demasiado literal tomando en cuenta que tomó la vuelta equivocada dos veces y llegué con el tiempo justo.

También es mi culpa por confiar en él.

Y para colmo ni siquiera pudo encontrarse "casualmente" con quien quería porque ya era muy tarde.

Las clases siendo más aburridas que de costumbre acompañado de un vacío en mi interior cada vez que recordé a Mónica de vuelta en la vida de mi tío después de haberlo lastimado me han desgastado bastante.

Pero debo ir a trabajar.

─¡Erick! ─grita Zabdiel haciéndome una señal con la mano sobresaliendo de la ventanilla de su auto─ ven aquí.

Asiento y me acerco, me subo al asiento de copiloto y me pongo el cinturón de seguridad.

El auto se pone en marcha demasiado lento y es porque el loco quiere tomarse su tiempo para espiar a ese chico.

Tiene un severo problema.

─Te ves muy extraño, deja de hacer eso.

─Cállate, para eso vine.

Ruedo los ojos y me acomodo porque será un largo viaje.

Al fin llegamos y estoy seguro de que se tomó más que el tiempo necesario, idiota, pero de todos modos llegamos a tiempo para comenzar con mis deberes.

Llego a mi estación y estoy a punto de iniciar con mis deberes pero escucho un golpe en el cristal, me doy vuelta encontrándome con mi tío que me hace una señal para que entre.

Es raro que no me haya llamado con el interfono.

Entro y me siento cuando me apunta la silla.

─Dígame, ¿En qué puedo ayudarlo? ─cuestiono extrañado por su actitud tan distante.

─Llegaste tarde ─asegura mostrándome su reloj.

─Bueno, le dije que llegaría un tanto después por la escuela.

─Aun con la escuela no sueles tardar tanto.

─A lo mucho fueron cinco minutos...

─No Erick, eres mi sobrino pero no puedo tolerar estas cosas, no haré nada al respecto pero que no se repita.

¿Qué diablos le pasa?

─Está bien, lo siento ─me disculpo levantándome─ no volverá a ocurrir.

Joerick: ParadiseWhere stories live. Discover now