03

153 21 0
                                    

─Con respecto a los accionistas opino que debe agendar una junta para tranquilizarlos, he hablado con ellos pero necesitan concretar algo serio con usted ─sugiero mostrándole algunos papeles─ han pasado dos semanas y aunque Richard y yo hemos podido lidiar con algunos problemas es mejor hacerlo personalmente.

─Entiendo, agéndalos para el viernes por favor ─permite de mal modo─ lo siento, sé qué haces esto por mí pero no estoy de mucho humor como para salir.

─Después de esto puede tomarse otro tiempo pero es importante.

─Lo sé, gracias Er.

Las últimas dos semanas han sido bastante duras.

A penas y ha querido salir de la cama, Richard ha hecho un gran trabajo cuidando el lugar de mi tío y hasta yo he ayudado ya que al ser el asistente personal del dueño y presidente de la compañía soy quien mejor conoce sus estrategias comerciales.

Cuando termino de auxiliar a Richard vengo aquí para cuidar de mi tío, no comiera sino viniera a obligarlo a hacerlo.

Y ahora estoy aquí, rogándole para que asista a una junta de la que él debería estar más preocupado que yo.

Pero bueno, supongo que la vida es así.

No me molesta ayudarlo pero me duele ver que no se esfuerza en salir adelante, sé que su corazón no sanará de un día para otro pero debe dar el primer paso para lograrlo.

Y no se atreve.

Cuando termino de darle el informe de hoy vuelve a su cama y se arropa entre las cobijas.

─Debe comer algo ─pido levantándome porque estaba sentado al pie de la cama─ vamos a la cocina.

─No tengo hambre.

─En serio, por favor acompáñeme ─insisto abriendo la puerta de la alcoba─ se enfermará sino come apropiadamente.

─¿Y eso qué? ─cuestiona tapándose completamente la cara─ a nadie le importo.

─No diga eso...

─Sé que he sido muy amargado, pero no quiero hacer nada, no quiero comer nada ni ver a nadie, compréndeme, no me gusta sentirme así pero no puedo dejar de hacerlo.

─Lo entiendo, pero usted también entiéndame a mí ─pido acercándome y me pongo de rodillas para estar a la altura de su rostro─ comprenda que no puedo dejar a una de las personas más importantes de mi vida caer de esta manera sin hacer nada al respecto, en este momento le parezco un fastidio pero no es lo que busco, quiero ayudarle a recuperarse, por favor, si yo estuviera en su situación estoy seguro de que haría lo mismo por mí.

Un silencio se hizo presente entre nosotros, no dice nada pero sale lentamente del fuerte de sabanas y se pone de pie, me da la mano para que también lo haga y hago caso apoyándome y me ayuda a levantarme.

─Tienes razón, haría lo que sea por ti ─asegura con su sonrisa que tanto extrañaba y desacomoda mi cabello─ tú también eres importante para mí, Er, gracias.

─No es nada ─respondo algo avergonzado por la cercanía─ vamos a comer.

─Claro.

Afortunadamente el resto de la tarde fue mucho mejor que lo normal, no mencionó ni una sola vez a Mónica ni la forma en la que su corazón pareció romperse en mil pedazos cuando lo terminó.

Los días continuaron hasta que llegó el día de la junta y al final pude volver a verlo.

Ese hombre de porte elegante usando su traje color gris, camisa impecable y sonrisa radiante.

A momentos se pierde en sus pensamientos y estoy seguro de que hace esto más porque no me preocupe que por él pero ya es un inicio.

Dije que quiero ayudarlo a superar esto y eso voy a hacer.

Entramos a la empresa y los presentes saludan impresionados de verlo de nuevo, dije que estaba enfermo porque no necesitan saber lo que sucedió así que lo miran con alegría al ver que está bien de salud.

Al parecer llegamos justo a tiempo, los ejecutivos y accionistas comienzan a entrar a la sala de juntas y mi tío hace lo mismo.

No temo porque Richard está ahí dentro y se encargará de ayudarlo con el resto de pendientes que no comprenda, además hemos repasado e hice un informe bastante detallado de lo que se ha perdido.

Voy a mi estación habitual y comienzo a hacer los deberes del día, he hecho la mayoría de ellos en casa o en casa de mi tío pero mientras estoy aquí quiero aprovechar el tiempo.

Responder correos, enviar planes de viaje con todos los paquetes disponibles, en definitiva algo monótono con el paso del tiempo pero no es problema.

Las personas comienzan a salir de la sala solo unas horas después y con ellos viene mi tío sonriendo y se apoya en mi escritorio.

─Lo hice, todos están tranquilos ─afirma aliviado─ gracias por la ayuda.

─Para servirle ─respondo desatendiendo un momento el ordenador─ ¿Algo más que quiera qué haga?

─Sí, tú y yo vamos a cenar, dile a tu mamá por favor que no te hice trabajar de más, solo será una salida casual.

─De verdad le tiene miedo ─me burlo sacando mi teléfono─ ¿A qué se debe la cena?

─Bueno, he estado muy estresado y algo perdido de todo, quiero salir y qué mejor que hacerlo contigo ─afirma sonriendo─ entonces, ¿Aceptas?

─Claro ─accedo enviándole un mensaje─ ¿Nos quedaremos en la oficina el resto del día?

─Sí, creo que debo despejarme y volver a casa de nuevo hará que me deprima, ¿No tienes problemas verdad?

─Para nada, de hecho ya me había acomodado.

─Bien, entonces continua y saliendo vamos a cenar.

Asiento y me guiña un ojo antes de entrar a su oficina.

Dios.

Si supiera lo que provoca en mí cada que me habla de esa manera, cada que me sonríe, qué me cierra un ojo, que me halaga tan repentinamente.

Estoy seguro de que no lo haría.

Joerick: ParadiseWhere stories live. Discover now