Capítulo 15

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Enzo

Conduzco a toda velocidad, esquivando a los autos y lo más probable es que tenga una multa por rebasar los límites de velocidad, pero no me importa. Solo tengo un pensamiento en mi mente

Mi esposa

La desesperación y el miedo, se instala en mi sistema de una manera que no imaginaba. Cuando recibí la llamada de Celia, pareciera que todo el mundo se había congelado, solo pude retener una sola frase de lo que me dijo.

Le dispararon a Karla

Desde ese momento dejé la junta a medio terminar y salí corriendo de regreso hacía la mansión. Mis manos aprietan el volante del auto, espero que mis hombres hayan encontrado al responsable de esto, si no yo mismo los mataré uno a uno por inútiles, solo tenían que hacer una puta cosa.

Cuidar de mi esposa

Tanto dentro como fuera de la sala médica, pero que no fuera invasivo para su trabajo. Rezo para mis adentros, mientras mi mente trata de no imaginarse los peores escenarios posibles.

Ella va estar bien

Mi dea, es una mujer una fuerte

Tiene que estar bien

Mi pecho se oprime en un dolor agudo al pensar en lo peor. Niego con la cabeza, no voy a permitir que mi mente me torture esta vez como lo hizo años atrás con Jazmín, yo sé que mi esposa saldrá de esta.

La necesito conmigo

Es mi cable a tierra

Con ese pensamiento, sigo acelerando dejando atrás a los guardias pero no me importa, Flavio entiende que esto es de vida o muerte.

Después de lo que parece una eternidad, llego a casa. Ni siquiera me tomo la molestia de aparcar. Corro por los pasillos, para ir directamente a la sala médica, escucho la voz de Celia a lo lejos, pero solo me concentro en mi camino.

Mi respiración se detiene al entrar al lugar y el mismo miedo se instala en mi sistema, al ver a mi esposa tendida en la camilla cubierta de sangre mientras que las enfermeras junto al médico la atienden.

-¡Karla!-

Me acerco rápidamente hasta estar a su lado, una de mis manos sostienen la suya mientras que la otra acaricia su rostro, parece estar en shock. Sus ojos se mantienen fijos en el techo.

-Dea...-

Como si reconociera mi voz, sus ojos azules se encuentran con los míos, una pequeña sonrisa sale de sus labios.

-Enzo...-

Beso su frente, coloco mi barbilla en su cabeza mientras cierro los ojos.

-Aquí estoy, cariño- le susurro- estarás bien-

Ella como puede asiente, la miro.

-Todo...sucedió....-

Antes de gaste sus energías, la callo.

-Shh- respondo- está bien, lo resolveremos después, ¿está bien?-beso su mano- pero primero, estás tú-

El médico nos interrumpe

-Señor, tenemos que llevar a su esposa al quirófano- lo miro- tenemos que extraerle la bala-

No quiero despegarme de ella.

Tengo miedo

Miedo a perderla y que mis días se vuelvan oscuros como antes de que ella llegara a mi vida. Como si esposa sintiera mi miedo, aprieta mi mano ligeramente sonriendo.

Dolce amoreWhere stories live. Discover now