Enzo
Tomo una respiración profunda, para no perder los estribos ante el daño en mi casa, ante la llegada de los renacuajos Stirling, junto a su padre y niñera.
Recordatorio
Ahorcar a la víbora
De todos los lugares a los que pudo quedarse, tenía que escoger mi casa. El lugar sagrado de mi esposa y mío. Gruño, cuando escucho una risa a mi espalda; me doy la vuelta para fulminar con la mirada a Serguei.
-Ni se te ocurra decir algo, cabron- espeto- o te corro de mi casa-
Sevastien, suspira al ver a sus hijos corriendo de un lado a otro por la casa.
-Pensé que mi esposa me te había avisado-
-¡JA!- digo con sarcasmo- esa víbora, prefiere tirarme el veneno por sorpresa antes de planearlo, por cierto, ¿dónde está?-
Sonrío con maldad
-Para verla y que una bala, le haga una agujero en cualquier órgano-
-No vas a meterle una bala a mi esposa, Enzo- gruñe Sevastien- ya ajustaré cuentas, yo con ella-
Ruedo los ojos, pero asiento de mala gana. Veo a los renacuajos ir de aquí para allá, esos dos ciertamente tienen energía que parece no tener fin.
Esto será un desastre
-¿Alguien sabe cómo se apagan dos mocosos de diez y siete años?- cuestiona Serguei.
-Por curiosidad- inquiero- ¿A qué vienes tú?-
-Vengo de niñera- rueda los ojos- opciones no me quedaban, solo diré que es culpa de la estúpido que tengo como jefe-
-Cállate, Serguei. Que te estoy pagando el servicio de niñera de mis hijos-
Con falsa indignación, el guardaespaldas ruso se lleva una mano a su pecho.
-¡Claro que tienes que pagarme, cabron!- refuta- ¡Yo trabajo para cuidar tu culo, no el de tus hijos!-
Me río, negando.
-¿Y el amor de tío favorito dónde quedó?- digo irónico
-En el mismo lugar donde se fueron tus doscientos euros-
Mi risa muere ante su respuesta, le muestro una seña obscena mientras vemos como Sevastien, trata de coger a sus hijos. Suspiro, cuando el renacuajo mayor rompe uno de mis floreros importados de Japón, Ethan me mira con cierta culpa.
-Lo siento, tío Enzo-
Suspiro, mirando al padre quien niega con la cabeza.
-Amaba ese jarrón y mi esposa también- digo- espero que traigas tu chequera, Stirling-
-Traigo cuatro, ¿tú qué crees?- mira a sus hijos- contrólense, renacuajos. O los tres, terminaremos con regaño-
-Dirás cuatro, papá- responde Ethan- el tío Serguei, también cuenta-
-¿Y por qué me metes en el mismo saco, mocoso?- refuta el susodicho, me río- ah, no. Ni pienses, que limpiaré tus desastres, Ethan-
Una sonrisa malvada se asoma en el rostro del niño, con la misma actitud arrogante y natural de su padre. Suelta de golpe.
-Entonces, yo le diré a mamá. Que hace semanas atrás, nos llevaste al parque de diversiones en vez de la escuela-
-¿¡QUE!?-
El grito de Sevastien, resuena por la casa. Fulmina con la mirada a Serguei, quien solo mantiene su vista fija en los niños.
-Traidor- sisea, mira al ruso- verás...-
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Dolce amore
Ficción GeneralSaga Flores en la Mafia #4 Se dice que siempre llega alguien a nuestras vidas para salvarnos de nuestra oscuridad. ¿Que pasa cuando es al revés? Enzo Bianchi sabe que no puede deshacerse de sus demonios ni de la oscuridad que rodea su vida por las a...