¿Qué harías por un millón de dólares? ¿Serias la pareja de alguien? ¿Te pondrías a la merced de cualquier alfa?
Términos del contrato: amante durante un mes.
Salario: un millón de dólares.
No se precisaba experiencia...
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~ ♡ ~
—Sólo es un bulto, Zayn. No hay motivo para seguir dándole vueltas.
Trisha Malik se irguió y se incorporó un poco sobre la chaise longue. Las piernas cruzadas a la altura de los tobillos, la taza de café sobre sus rodillas, en equilibrio perfecto... Zayn conocía muy bien esa pose. Su madre acababa de zanjar el tema nuevamente.
—Deberías habérmelo dicho —le dijo sin darse por vencido.
—Estabas muy ocupado. En Nueva York, por lo visto. ¿Y quién sabe con quién?
Él se puso furioso.
—Deberías haberme llamado al celular.
—¿Y decirte qué? ¿Qué tengo un bulto? ¿Y qué habrías hecho aparte de preocuparte?
—Te habría obligado a ver a un médico.
—Pero eso ya lo hice. Y mañana tendré los resultados de la biopsia y ya veremos. No tenía sentido preocuparte sin necesidad, pero me alegra de que mañana me acompañes. Y ahora tenemos cosas más importantes de las que hablar. ¿Cuándo tenías pensado decirme lo que estabas haciendo en Nueva York?
Zayn suspiró.
—Entonces lo sabes, ¿no?
—Petra me dijo que habías encontrado a Darius, ¿no?
—Lo encontré. Perdió lo que le quedaba del dinero con el juego, y lo único que le quedó fue un infame hotel lleno de moho y humedades. Estaba listo para aceptar un préstamo de bajo interés para financiar sus vicios.
—Entonces le encontraste y te tomaste la revancha que tanto buscaste durante todos estos años. Supongo que le habrás arruinado por el camino.
—¡No es más de lo que él nos hizo a nosotros!
—Zayn —Trisha suspiró—. Hace tanto tiempo. ¿Podrás por fin dejar atrás el pasado?
—¿Cómo puedes decir eso? Yo nunca dejaré atrás el pasado.
—¿No recuerdas lo que nos hizo? ¿Lo mal que lo pasamos? Destruyó a mi padre y nos dejó sin nada. ¡Nada!
Ella cerró los ojos, como si todavía le doliera oír el nombre de su difunto esposo.
—Y eso es lo único que te ha movido durante los últimos años, hijo —le dijo con firmeza—. Ahora que ya has conseguido tu objetivo, ¿Qué vas a hacer el resto de tu vida?
Zayn miró a través de la ventana y se encogió de hombros.
La pregunta le había inquietado.
Bajo sus pies se extendía la inmensa ciudad de Atenas, una mezcla de bloques de apartamentos y ruinas milenarias.
¿Acaso no había sentido la misma falta de motivación en varias ocasiones?
Llevaba tiempo evitando la oficina porque su trabajo ya no le parecía gratificante.
