¿Qué harías por un millón de dólares? ¿Serias la pareja de alguien? ¿Te pondrías a la merced de cualquier alfa?
Términos del contrato: amante durante un mes.
Salario: un millón de dólares.
No se precisaba experiencia...
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Aquel sonido estruendoso sacudió el sótano del hotel y fue seguido de un torrente de palabras incomprensibles.
Zayn se echó a correr y llegó al pasillo en menos de cinco segundos.
—¿Qué demonios pasa?
Uno de sus empleados salía de la habitación a toda prisa, huyendo de la pantufla que se estrellaba contra la pared opuesta tan sólo un segundo después.
—No tenía ni idea de que hubiera alguien aquí —dijo el beta, intentando defenderse—. En los planos figuraba como un cuarto de lavandería. Y no son más que las seis. ¿Qué hace alguien en la cama a estas horas y en un sitio como éste?
—¡Fuera! —gritó una voz—. O llamo al gerente, es mas ¡Llamaré a la policía!
Zayn hizo apartarse al empleado.
—Yo me encargo.
Entró en la diminuta habitación y agachó la cabeza para no darse con las escaleras que atravesaban una parte del techo. Una lúgubre bombilla iluminaba aquel siniestro lugar que olía al cuarto de la limpieza.
El omega estaba sentado sobre la cama, apoyado contra la pared y tapado hasta el cuello con unas mantas. En la mano tenía la otra pantufla y parecía dispuesto a arrojársela a la cabeza, a juzgar por aquellos ojos grandes y enajenados que lo miraban con temor.
Sobre la frente llevaba una máscara de noche de satén azul con la palabra «prince» bordada. «Qué ironía», pensó Zayn, mirándolo de arriba abajo. Aquel loco de aspecto desaliñado y pelo mugriento no podía estar más lejos de ser un príncipe.
De repente se dio cuenta de una aspiradora que estaba apoyada a los pies de la cama y entonces vio el uniforme sobre el radiador.
El chico de la limpieza... El mismo que apestaba a cerveza en el pasillo un rato antes.
—Le pido disculpas si mi gente lo ha despertado —dijo Zayn, intentando contener la sonrisa que amenazaba con asomarse a sus labios. El joven debía de tener una buena borrachera—. Le aseguro que nadie quiere hacerle daño, solo que no sabíamos que hubiera alguien aquí.
—Bueno, es evidente que sí hay alguien y su gente no debería entrar así como así en habitaciones ajenas. ¿A qué demonios están jugando? ¿Quién es usted? ¿Dónde está Demetrius?
Zayn levantó ambas manos en un gesto de paz. A juzgar por su acento, debía de ser Irlandés o Escoces, pero hablaba demasiado deprisa como para estar seguro.
—Creo que debería calmarse un poco para que podamos hablar.
Niall levantó la otra pantufla.
—¿Calmarme? ¿Hablar? Usted y su empleado no tienen derecho a irrumpir en mi habitación. Y ahora salga de aquí si no quiere que vuelva a gritar.
Zayn se quedó perplejo. El joven se aferraba a aquellas mantas como si le fuera la vida en ello. ¿Cómo podía creer que iba a atacarlo?
—Me voy —dijo finalmente—. Pero sólo para que pueda vestirse. Salga cuando esté listo para hablar. Es imposible razonar con un omega enterrado bajo un montón de mantas y disfrazado como un payaso.
El omega lo miró boquiabierto.
—¿Cómo se atreve? No tiene derecho a estar aquí. No tiene ningún derecho.
—¡Tengo todo el derecho del mundo! Ya he perdido demasiado tiempo. Ahora vístase, lo veré en la oficina dentro de unos minutos y entonces hablaremos.
Dio media vuelta y justo antes de salir sintió algo que volaba en su dirección. Rápidamente se agachó y cerró la puerta tras de sí, justo a tiempo para esquivar la otra pantufla.
«Maldito Darius», masculló para sí y fue hacia el despacho, pensando en el desastre que el viejo había dejado tras de sí.
Unos segundos más tarde sintió a alguien a sus espaldas y, al darse la vuelta, se encontró con un joven en jeans y camiseta, descalzo y malhumorado.
—¿En qué puedo ayudarlo? —le preguntó con un suspiro de cansancio.
—Dígamelo usted. Usted ha sido quien me ha dicho que viniera.
Zayn parpadeó. ¿Ése era el chico de la limpieza, el loco del cuarto de la limpieza que gritaba sin control?
—Cierre la puerta, por favor —le dijo, apoyándose en el borde del escritorio y observándolo con atención mientras él lo obedecía.
Se había quitado aquel horrible pijama y se había puesto unos skinny jeans desgastados y una camiseta de manga larga que acentuaban unas curvas bien formadas.
Jamás hubiera imaginado encontrarse con semejante sorpresa bajo aquel montón de mantas, pero lo cierto era que aquellos jeans realzaban cada centímetro de unas caderas y piernas exquisitas, y bajo aquella camiseta se insinuaban las marcas leves de un abdomen marcado.
Todavía tenía oscuras ojeras bajo los ojos, pero parecía muchos años más joven que aquel adefesio destartalado con el que se había cruzado en el pasillo.
Con pelo acomodado hacia atrás con sus dedos y la cara lavada, sus rasgos resultaban bastante llamativos, y aunque no fuera hermoso, sí debía de tener algún arreglo con un poco de esfuerzo por su parte.
El omega lo atravesó con una mirada y cruzó los brazos, realzando así unos brazos poco trabajados pero bien marcados llamando su atención.
No era de extrañar que hubiera aparecido tan rápidamente. Ni siquiera se había molestado en ponerse un suéter.
Zayn lo miro por un poco de tiempo mas, su alfa se estaba dando un buen buffet. El omega se aclaro la garganta llamando su atención y Zayn hizo un gesto como si no se lo estuviera comiendo con la mirada.
Bonito, si.
~ ♡ ~ HOLAAAA!! Como están? Que cuentan?
Aqui les dejo un capítulo y si comentan y votan mucho el lunes subo otro 😌💕 jejejeje
Ah si, ya subi capitulo de la fic larry, no es obligatorio leerlo jajaja bueno nos leemos pronto 💕🎊
