¿Qué harías por un millón de dólares? ¿Serias la pareja de alguien? ¿Te pondrías a la merced de cualquier alfa?
Términos del contrato: amante durante un mes.
Salario: un millón de dólares.
No se precisaba experiencia...
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~ ♡ ~
Encontró a Niall sentado en la terraza que daba al volcán, leyendo otro de sus libros.
A pesar de la rabia incandescente que corría por sus venas fue capaz de sonreír.
Con unos sencillos pantalones beige y una camisa color verde claro que realzaba su recién adquirido bronceado, el parecía más inocente que nunca.
De repente se dio la vuelta, como si hubiera notado su presencia.
—¡Ya has vuelto! —le dijo, lleno de entusiasmo verdadero—. No te vas a creer lo que acabo de leer.
Su alegría era contagiosa; tanto así que no quería dejarlo marchar cuando llegara la hora.
Por suerte el estaba de buen humor y así quizá pudiera convencerlo para que se quedara.
—Dime... —Zayn se sentó a su lado.
—Bueno, cuando el volcán entró en erupción hace unos tres mil años, arrasó no sólo las ciudades de la isla. Algunos piensan que también acabó con la civilización prehistórica de los minoicos.
—Es posible —dijo él—. Nadie lo sabe con certeza, pero eso podría explicar por qué los minoicos, siendo unos marineros tan prósperos, se esfumaron de la faz de la Tierra.
Los ojos de Niall se iluminaron.
—Pero ésta es la parte más interesante. Algunos dicen que la erupción es el origen de la leyenda de la Atlántida. Un mundo que se hundió bajo el mar. ¡Y es aquí donde ocurrió! ¿Te lo puedes creer? ¿Tú crees que Santorini es lo que queda de la Atlántida?
De pronto el teléfono de Zayn comenzó a sonar.
Él miró la pantalla y colgó sin contestar.
Petra podía esperar.
—Creo que es muy posible.
Niall suspiró, se llevó el libro a los muslos y miró hacia el volcán, silencioso y durmiente en medio de las aguas.
—Yo me lo creo. Busqué en Internet y encontré un curso sobre Historia Antigua que me interesa mucho en Dublín.
—Niall...
—Me voy a matricular tan pronto como llegue a casa. Ahora sí podré permitirme vivir allí gracias a ti.
—Respecto a lo de irte a casa...
Niall se volvió hacia él.
La luz de sus ojos ya no estaba.
—¿Quieres que me vaya antes? No... No me importa, si eso es lo que quieres.
Él sacudió la cabeza. Nada podía estar más lejos de sus intenciones.
