¿Qué harías por un millón de dólares? ¿Serias la pareja de alguien? ¿Te pondrías a la merced de cualquier alfa?
Términos del contrato: amante durante un mes.
Salario: un millón de dólares.
No se precisaba experiencia...
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~ ♡ ~
¿En qué estaba pensando?
Niall no tenía remedio. Un muñeco inflable hubiera representado mejor el papel. Y la mirada que Constantine le había lanzado al bajar del barco hablaba por sí sola. La situación no parecía tener arreglo inmediato. Y para colmo, la mirada de Petra.
«Yo te lo dije», parecía querer decir.
El coche ascendió por el empinado camino que bordeaba el acantilado. Las luces del yate de Constantine se dirigían mar adentro nuevamente. La música y las risas llegaban hasta ellos, transportadas por la brisa.
Niall guardaba silencio y miraba por la ventana.
«Maldita sea», se dijo Zayn, furioso.
¿Era demasiado pedir a cambio de un millón de dólares?
***
Con el saco y los zapatos en una mano, Niall se dirigió directamente al cuarto de baño y se cepilló los dientes, no una, sino varias veces.
Zayn no le había dirigido la palabra durante todo el camino de vuelta, pero él sabía que ese silencio incandescente no tardaría en entrar en erupción. El barco había tenido que regresar al puerto a propósito para dejarlos en tierra.
Ya no había nada que hacer. Era consciente de que lo había decepcionado, y probablemente habría arruinado un acuerdo de millones de euros. Pero Niall le había advertido que no era el omega adecuado para el trabajo.
Quizá esa vez sí lo escuchara. Quizá así lo dejaría ir de una vez, si no lo echaba de la casa sin contemplaciones. A punto de echarse a llorar, Niall suspiró. ¿Qué importancia tenía? De una forma u otra, se iba a casa.
Zayn estaba sentado en la cama, quitándose los zapatos.
—¿Por qué no me dijiste que te mareabas en los barcos? —le preguntó sin levantar la vista.
Niall se detuvo justo antes de abrir el armario.
—A lo mejor no lo sabía.
Esa vez él sí levantó la vista y lo miró con escepticismo.
—¿Y cómo podrías no saberlo?
—Había subido a un barco, pero no uno tan grande como ese. No es algo común en el lugar de donde vengo.
Él respondió con un ligero gruñido.
—Podría haber sido peor —añadió Niall, tratando de sonar ligero y optimista.
—¿Eso crees? ¿De verdad crees que podría haber sido peor?
—Claro. Podría haber vomitado encima de sus impecables trajes.
—Bueno, podrías haberlo hecho. A estas alturas, da lo mismo.
Niall cerró los ojos y se tambaleó contra la puerta. Lágrimas amargas se derramaron de sus ojos. Podía oír a Zayn desvestirse al otro lado de la habitación.
