××Viejo Amigo××

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Sus ojos no se apartaban del cielo, veía caer las gotas de agua, fascinado, como si de un niño se tratace, desde que recuerda su estación favorita es el invierno, la sensación relajante que le provoca es indescriptible, y con el pasar de los años la espera con ansias ya que la presencia de la lluvia no sólo lo mantiene de buen humor sino también le ayuda a cubrir las huellas de sus crímenes.

Él no es una persona que se detenga a pensar las consecuencias de sus actos, no se caracteriza por ser alguien discreto mucho menos sensible, sin embargo si algo le llamaba la atención, una película, un partido de soccer o una buena comida no se negaba a mostrar sus emociones.

Y si, tenía emociones, él siente, anhela.

Por eso en éste preciso instante....sonrió.

Desde niño lleva una carga insoportable y ésto influyó en lo que es hoy en día, un despiadado.

Sufrió el desprecio de su madre y pareciera que su padre solamente veía a su progenitora para embarazarla y luego desaparer.

Hace unos años supo que ese hombre falleció. No le dolió, su padre nunca estuvo con él y no tenía porque guardarle duelo.

Los que se mantuvieron a su lado es su querida abuela y su hermano menor quien se convirtió en su cómplice y confidente, aquel que al principio ignoraba las atrocidades que cometía y cuando las descubrió lo siguió amando.

Tuvo una niñez sin lindos recuerdos y lo aceptó.

Quizás su historia no sirva de justificación para lo que hace, pero necesita pensar que si lo és, seguir cuerdo le cuesta trabajo y echarle la culpa a sus padres, al destino, a su infancia es la atadura perfecta para mantenerse  unido a su parte humana.

Pero claro....a todo ésto no podía olvidarse de ella, la segunda mujer importante en su vida.

Su media hermana, la mayor de los tres.

Compartían parentesco por parte de padre y en cuanto ella se enteró que existían, los buscó y logró encontrar hace seis años. 

Tenían tantas similitudes entre ellos que compartieron las experiencias que vivieron y construyeron una confianza inigualable, tanto así que él y su hermano se sinceraron contándole cada uno de sus delitos.

No los juzgó, al contrario, les ofreció ayuda pues eran la única familia que le quedaba, por supuesto que ella tampoco era una santa, había sido una adicta a las drogas por varios años y vendió las mismas para ganar algo de dinero, mató a un cliente que quizo robarle y la apresaron por delitos menores antes de cumplir la mayoría de edad.

La muchacha estuvo viviendo fuera del país y se había comprometido con un joven que conoció en la Universidad, estaba por casarse, pero una llamada bastó para que viniera de regreso.

Él, recostado en el auto de brazos cruzados esperaba ansioso de verla aparecer por las puertas del aeropuerto, quería ver esa sonrisa cálida y escuchar su voz, quería decirle lo mucho que la extrañó y lo mucho que la necesitaba.

A su lado, su hermano sentía felicidad por reencontrarse con ella e igualmente estaba aterrado, es conciente que sus hermanos mayores son unos lunáticos por separado y juntos...son una bomba a punto de estallar.

Nueve de la noche, el ruido de los autos alrededor comenzaron a inquietarlo, las personas iban y venían jalando sus maletas y nada.

No llega.

—le llamaré

Busca su celular en el bolsillo de sus jeans sin percatarse de la persona que camina en su dirección.

AEDUS ©Where stories live. Discover now