×סCorre!××

14 0 1
                                    

₳₥₳Ɽ₲Ø ⱤɆ₵ɄɆⱤĐØ

La luz de la lámpara sobre su cabeza alumbra aquella habitación oscura, no ha pasado mucho desde que las palabras de Aedus lo acusaran de algo tan atroz. El joven dijo que él había asesinado a quien fué su mejor amigo y lo peor de todo es que todos le creyeron.

Afirmó tener pruebas, las cuales sin darse cuenta le plantó.

El arma con la que el detective Morton había sido asesinado fué la misma que usó para asesinar a Dany así que sus huellas estaban ahí.

¿En que momento las cambió? , ni siquiera notó la rapidez con la que lo hizo pues el detective Norman estuvo junto al chico todo el tiempo dentro de la casa.

Subestimarlo ha sido su mayor error.

Está siendo interrogado por uno de hasta ahora su ex compañero.

El arma que proporcionó Aedus fue tomada como evidencia del crimen, se hizo lo que el protocolo dicta, entonces el detective sólo espera que la justicia esté de su lado.

—no lo maté—repite cansado de decir lo mismo acomodandose incómodo en esa silla de metal-yo no sería capaz de hacerlo

—Alex, te creo—dice el detective a cargo del interrogatorio

'Mentira' pensó él.

—te aseguró que el asesino no soy yo, te lo digo, el asesino es alguien más.

—confesaste el asesinato de la joven Daniela Gale, tienes su sangre hasta en el rostro, quizá no me di cuenta cuando entraste a la comisaria porque estaba dándole la peor noticia a los padres de la persona a quien más admiré, entonces ¿dime quién es el asesino para que tus cargos disminuyan?

—¡no puedo! —musitó

—¿porque no?

Aquel detective suspiró y se levantó de la silla.

—no te conozco lo suficiente para decir que no lo hiciste

—sabía eso

—bien, porque me cansé de tratarte como a otro delicuente más, no te creó, nunca lo haré-el detective lanzó unas fotografías sobre la mesa-su cuerpo quedó irreconocible por las llamas, espero que éstas imágenes queden grabadas en tu memoria hasta el día que mueras, porque tú lo ocasionaste.

Norman no pudo ver las fotografías, restregó sus manos en su cara y lloró.

—perdóname—habló con la esperanza que sus palabras llegaran a su difunto amigo.

Las horas pasaron y el seguía en el cuarto de interrogatorio, para ese momento ya debería estar en una celda aún así sabe que la falta de personal hace que todo se haga más lento.

El incendio y dos asesinatos en una noche se les salía de las manos a las autoridades del pueblo.

Movió su pie y las esposas que lo atan a la mesa le recuerdan que no tiene escapatoria, lo que le queda es seguir esperando.

AEDUS ©Where stories live. Discover now