××Arrepentimiento××

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Tres días han transcurrido desde que llegaron a Broussard.

Como dijo Aedus el pueblo estaba cerca así que el camino fue corto.

Luego que Caleb dejara a su abuela en un pequeño hotel, llegaron a una casa en un área residencial, el joven tocó la puerta y una hermosa chica los recibió con una enorme sonrisa.

Antes que Lexi pudiera decir algo, la chica menciona que los estaba esperando.

Parece que no puede pedirle ayuda pues la chica dice que Aedus le envió un mensaje poniéndola al día de lo que hizo.

Ella se presentó como Katia.

Lexi la observó de pies a cabeza, un sedoso cabello negro caía por sus hombros, ojos marrones y en estatura quizá no pasa el metro setenta. Tuvo curiosidad y preguntó su edad, la joven responde que tiene 20 años.

Lexi no quizo indagar más y sigue a la muchacha cuando está le pide que lo haga.

La lleva a una de las habitaciones del segundo piso y apenas cruzan la puerta Katia pregunta

—¿Aedus cuando vendrá?

Lexi miró a Caleb cuando entra a la habitación y le dice

—en unos días.

El rostro de Katia se iluminó con la noticia.

—pronto lo veré—una sonrisa adorna si rostro y el brillo en sus ojos la delata.

—te gusta—afirma Lexi

—claro que si, digo ¿quién no estaría enamorada de él? —la alegría en su voz hace que Lexi se ría.

—¡que tonta! , ¡por supuesto que a todas las mujeres nos gustaría un psicópata!—suelta con ironía

—todos tienen defectos—encoje sus hombros restándole importancia

Y Lexi lo confirma de nuevo.

—sabes lo que hace.

—él tiene una visión del mundo diferente a la que tú y yo tenemos

—si—apretó sus labios—él quiere matar a todo aquel que se atraviese en su camino y el resto de nosostros....

—ves—Katie ladea su cabeza—lo entiendes, después que él te asesine, Aedus vendrá a mí y seremos felices.

Es lo último que dice antes de salir de la habitación dejandola sola con Caleb.

—es igual a ustedes—habló con desagrado

—no lo és—el chico le lanzó un cambio de ropa al suelo—simplemente cree las mentiras de mi hermano y vive una fantasía.

—y confía en ella—Lexi recoge la ropa—tanto que sabe las atrocidades que hacen.

—la conoció en una página de citas, Aedus estaba aburrido y el perfil de la chica apareció, se escribieron por meses, a él le parecía gracioso que Katia creyera en las cursilerías que le decía, así que un día le contó que él era un buscado asesino, pensó que la chica dejaría de hablarle y talvez lo denunciaría. Pero no, a Katia le pareció sexi salir con un desquiciado y Aedus aprovechó para tener un peón más en su juego.

Caleb da media vuelta y la deja sola.

Lexi voltea y mira su reflejo en un espejo que está cerca de la única ventana que deja que luz del día se cuele dentro de esas cuatro paredes.

Vió su rostro pálido y las lágrimas que comenzaron a deslizar por sus mejillas.

De a poco se cambió de ropa, le quedaba un poco grande, dado que las prendas le pertenecen a Katia y el cuerpo de ella es más voluptuoso le iban a quedar de esa manera.

Lanzó su ropa sucia en un cesto que hay junto a una mesa de noche y se sentó en la cama.

Mordió el interior de su mejilla y cerró sus ojos, las lágrimas siguieron saliendo, quizo gritar, patalear, jalar sus cabellos, rasguñar sus brazos o piernas, quería que esta pesadilla terminara.

Se maldecía así misma una y otra vez.

Si tan sólo hubiera viajado junto a sus padres.

Si tan sólo hubiera ignorado a los hermanos cuando los conoció.

Si tan sólo hubiera sido más precavida.

Todo ésto no hubiera sucedido.

Su espalda tocó el colchón y se quedó dormida.

Cuando despertó el techo blanco es lo único que observó por unas ¿horas?.

Permaneció quieta y absorta en sus pensamientos que ignora cuando Katia le dice que baje a comer.

Caleb también entró varias veces y como notó que Lexi sigue sin responder dejó que la joven pasara esos tres días sin comer.

—¿que haremos?

Lexi escucha decir a Katia.

Mantiene una conversación con Caleb, hablan tan alto que la cabeza de la joven le empieza a doler.

Su vista se desvia al reloj colgado en la pared y es casi media noche.

—nada, si quiere morir de hambre que así sea—sentencia Caleb

—Aedus estará molesto

—entonces debió venir ayer como lo prometió.

—¿dijo algo más?

—no, preguntó por la abuela y Lexi, lo puse al tanto pero no le importó.

Lexi suspiró y pensó "obvio que no le importa, él lo único que quiere es que yo muera".

El cansancio le ganó a la joven y durmió, la debilidad en su cuerpo pasó factura.

Lexi no puede más.

Unos pasos suenan por el pasillo, el reloj marcó la media noche justo cuando él llegó a la habitación.

—al fin llegas

Aedus pasó de largo, caminó hacia Lexi y se arrodilló en el piso, haciendo que sus caras quedaran al mismo nivel.

—tuve unos pequeños problemas—le responde a su hermano.

—me alegra tanto que estés aquí, de seguro tienes hambre, cocinaré algo para ti—dice Katia y corre escaleras abajo.

Ya solos Caleb indagó.

—¿que harás con tu novia?

—Katia cumplió su propósito—levanta sus dedos y acaricia el cabello de Lexi—ya sabes que hacer.

Caleb asiente y va en busca de la chica quién feliz esta en la cocina buscando ingredientes en el refrigerador.

—despierta—musitó—quiero que veas la Luna conmigo.

Lexi se mueve ligeramente y sigue durmiendo.

—bien, esperaré hasta mañana para hablar contigo, tengo que darte buenas noticias.

Aedus se levanta cuando escucha el grito de Katia.

Sonríe y baja las escaleras sin prisa.

Entrando a la cocina ve como su hermano cubre la boca de la chica con una mano y con la otra la apuñala en el pecho.

Sus miradas se cruzan y ve a Katia llorar con tristeza.

—gracias por nada—dice burlón

Katia cierra sus ojos y su cuerpo cae sin vida en los brazos de Caleb.

AEDUS ©Where stories live. Discover now