Capítulo 4

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Clarke pov:

Por supuesto que mis padres amaron la noticia de que volvería a Arkadia. Y por supuesto que me rogaron que me tomara unos días y fuera antes en vez de ellos viajar. Con la excusa de estar muy ocupada con la gira logre convencerlos de que no. Siete meses. Eso es todo lo que tengo para prepararme mentalmente a la idea de tal vez volver a verla.

Tal vez ya no viva allí. Su sueño era salir de ese pueblo. Probablemente lo haya hecho. Si, tal vez no tenga que verla. Aunque eso no disminuye el pánico y ansiedad que me causa el volver a pisar mi pueblo natal. Los recuerdos son demasiados y no todos sobre Lexa. Las burlas, las noches llorando, la soledad. Mi infancia y adolescencia es eclipsada por cada momento en que la pase mal.

No importaba todas las tardes riéndome hasta mas no poder con mi padre, ni las tardes que mi madre me llevaba a su trabajo y la ayudaba. Tampoco las noches de pijamada con Raven y Octavia. Cada día era una lucha personal, intentando que los pensamientos negativos no me consumieran.

Costo y mucho superarlo. Cuando llegue a LA, compramos un pequeño piso que compartíamos las tres. Octavia y Raven consiguieron trabajo y se rehusaron a que yo lo hiciera. Estaba tan derrotada y deprimida que tampoco me negué. Las ganas de hasta respirar se habían desvanecido. Luego de tres meses de melancolía, me levante una mañana dispuesta a cambiar. 

Me inscribí en un gimnasio y acudí a una nutricionista. Retome las clases de canto y guitarra y volví a pintar en mis tiempos libres. Dos meses después conseguí un trabajo en una cafetería y así aportaba algo a mis amigas, quienes me mantenían junto a mis padres. Era una Clarke renovada. Me sentía mejor, llevaba un estilo de vida mas saludable. Seis meses después, lograron convencerme de ir a terapia.

Luego de largas charlas, Indra, mi psicóloga, me hizo darme cuenta de cuanto importaba como me viera a mi misma. Cuanto reflejaba en como los demás me percibían. Si yo me consideraba nadie, ellos también lo harían. Si mi peso me preocupaba, a los demás también. Fue en ese momento en que decidí que no bajaría mas de lo que ya había hecho. Tenia un peso saludable y jamás deje de entrenar y comer como corresponde.

Aprendí a amarme y el siguiente paso fue grabar esa primera cancion. ¿Cómo logre eso? Veamos, Raven me regalo para mi cumpleaños una prueba en un estudio de grabación. Cantaría y nos llevaríamos la grabación y haríamos una cancion en casa. La guardaríamos para nosotras, solo eso. Pero, justo, justo, justo, un productor se pasaba por allí. 

Sin que yo lo supiese, porque ni Raven ni Octavia me dijeron para ponerme nerviosa, el me escucho cantar la cancion. Nos intercepto a la salida y exigió hablar con mi manager para lanzar la cancion. Octavia tomo la delantera y quedo con verse con el al día siguiente. Veinticuatro horas mas tarde habíamos firmado un contrato con su estudio y producían mi cancion.

Me negué a grabar un video, ya que si no obtenía el reconocimiento que ellos tanto decían que tendría, mi cara aparecería en algo de lo que me arrepentiría por siempre. Para mi suerte e incredibilidad, la cancion se volvió tan popular que se la escuchaba en todos lados. Ofertas para series y películas llovían y la productora me presionaba para grabar otra.

Por supuesto que tenia varias, habiendo escrito durante toda mi adolescencia y estos meses de depresión. Luego de esa primera entrevista asistí a mas, grabe mas canciones y videos. Aparecí en los numero uno de varias listas y me volví famosa mundialmente. Comenzaron a seguirme en todas las redes sociales, etiquetarme en millones de publicaciones y las cámaras me perseguían cunado salía de mi apartamento.

Indra tuvo que ayudarme a controlar la ansiedad que todo me estaba provocando. Pasar de ser alguien normal, alguien anónimo a ser reconocido mundialmente era algo estresante. Compuse mas y mas, centrándome en eso. Incluso aun lo sigo haciendo. Gane Grammys, aparecí en cameos en varias series y películas y hasta compuse canciones específicamente para estas. 

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