C A T O R C E | D E S C O N O C I D O 👠

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«Desde que me separara de ella, todos se acercaban

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«Desde que me separara de ella, todos se acercaban. Y cada día tenía más miedo de lo que le podía suceder»

Klaus

La noche de la fiesta había llegado, y Ágata se encontraba nerviosa, deseosa de ver a su hermano para acogerlo en su casa.

Había preferido hacer caso de lo que le había recomendado su tío y más después de recibir aquel segundo pétalo hacía unas semanas. Tenía miedo de que su hermano le ocurriese algo por culpa de ella y ya no podía vivir con la culpa de la muerte de su padre frente a ella, como para perder a otra persona importante de su vida.

El timbre sonó y ella ignoró que Klaus fuera el que siempre abriera la puerta, por cosas de protocolo y fue recto a la puerta para abrirla ella sola.

Klaus negó con la cabeza mientras sonreía al ver que la niña pequeña que Ágata tenía escondida muy en su interior, salía a la luz cada vez que veía a su hermano.

—Thiago —dijo ella, abrazándolo, haciéndole recordar a aquella vez a Klaus cuando la llevó a la casa de su hermano.

El joven rubio la abrazó con cariño, viéndose igual de demacrado por las drogas que había tomado a lo largo de su vida, pero que Klaus, lejos de que pareciera para él un sospechoso, podía verle en los ojos el amor que le tenía a su hermana.

—Hermanita.

Ágata fue la primera en separarse para preguntarle;

—¿Cómo estás?

Él miró al suelo, con unas ojeras demasiado grandes y luego la miró a los ojos, quizás porque no quería mentirla.

—Bien, aunque no entiendo el motivo de este cambio de sitio —susurró.

Parecía que el pelo se le estaba cayendo para lo joven que era, y era triste ver como una persona joven se había consumido tanto por aquellas sustancias y el alcohol.

Ágata le fue sincera.

—Creo que va a ser mejor; por seguridad.

Él asintió, aunque en el fondo se imaginaba que no solo era por eso, también para que no volviese a sumergirse en drogas. Y Thiago recordó como había empezado, todo por probar algo que un amigo suyo le dio hacía años y empezó a engancharse. Pero una vez entrabas, era muy difícil salir de ahí.

Miró al guardaespaldas que estaba detrás de su hermana que, por algún motivo desconocido, sin conocerlo, ya le caía bien a Thiago y sonrió para saludar al exmilitar.

—Hola, Klaus.

El alemán movió la cabeza.

—Señor Conte.

Ágata le guiñó un ojo a Klaus y luego tomó del brazo a su hermano para llevárselo a la planta de arriba, donde se encontraría el cuarto de Thiago.

PROHIBIDA [+18]  ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora