004

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004: cambiar papeles

—Bien, tengo un problema—fruncí mi ceño viéndolo esperando a que continuara.

Otro día más. Una clase extra de geografía.

—No se nada de arte y...necesito hacer un diseño—mi ceño se hundió más.

—¿Quiere que lo ayude?

—Si, necesito ayuda y eres a la única que conozco que sabe dibujar—asentí.

—¿Entonces cambiamos de papeles? Yo soy la maestra ahora—sonrió—. Te dejare un apunte de 7 hojas.

—No lo hice con mala intención—reí sacando mi libreta, fruncí mi ceño cuando su mirada seguía en mi.

—¿Tengo algo?

—No, solo que tienes una linda sonrisa. Cuando no es falsa—baje mi mirada negando con la cabeza.

—Bien ¿qué quieres hacer?

El comenzó a explicarme que tenia otro trabajo además de este, y que necesitaba ayuda para hacer un nuevo logo del lugar.

—No te gusta nada—me queje cuando ya habíamos dibujando diferentes logos y a todos decía no. Hasta que caí en cuenta que había tomado bastante confianza—. Disculpe, eh ¿le parece si yo hago uno? Con mis ideas.

—Tranquila, odio que me hablen de usted y si puedes hacerlo—sonreí comenzando a trazar el diseño.

Acomode mis lentes cuando acabe después de algunos minutos el sketch, si le gustaba le pondríamos color.

—Bien, espero que le atine a alguno—alce el cuaderno enseñándoselo. El sonrió y asintió—. ¡Aleluya!

—¿Le dije a muchos no?—rio, hice una mueca viendo las hojas arrancadas en la mesa.

—Solo como a unos 15—reí también—. Ahora solo le pondrás color.

Minutos después la hora de la clase extra acabo, guarde todas las cosas y arranque la hoja del diseño.

—Solo ponle el texto para que esté completo—colgué mi mochila en mi hombro.

—Muchas gracias y perdón por que hoy no tuviera clases.

—Descuida, fue divertido—sonreí caminando a la salida—. Nos vemos mañana profesor.

Me quite los audífonos cuando había llegado a mi casa, al entrar la música de mi hermana resonó en mis oídos.

—Julie sal y riega las plantas—fruncí mi ceño, acababa de llegar.

—Pero madre tengo que hacer mi tarea, Ava no esta haciendo nada ¿porque ella no lo hace?

—Te lo estoy diciendo a ti—tire mi mochila al suelo y salí casi arrastrando mis pies tomando la manguera y comenzando a regarlas.

Subí mi mirada a la habitación de mi hermana quien hablaba con alguien por su computadora a la vez que se pintaba las uñas.

Rodee mis ojos cerrando la llave del agua y dejando la manguera.

—Dile a tu hermana que la comida está lista—asentí.

—¿Yo también voy a comer?

—No, sabes que le hago diferente comida a tu hermana.

Subí las escaleras y pare en frente de su habitación, abrí la puerta y al instante esta volteo a verme.

—¡Porque no tocas idiota!—me cruce de brazos. Para tener 23 años se comporta como una de 16 y yo no me comporto así.

—¡Si no quieres que te molesten múdate! ¡Casi tienes treinta y sigues molestando!—azote la puerta caminando a mi habitación. Bueno no está cerca de los treinta, pero es un dolor de cabeza inmenso.

Saque ropa diferente y me cambie antes de tomar mi pequeña mochila ahora menos pesada y salir por la ventana de mi habitación.

Me arrastre un poco a la orilla del tejado y baje cuidadosamente tocando la silla que he puesto ahí para no matarme en el intento de salir.

Sacudí mis mangas con hojas de árbol secas y camine hacia la pizzería unas cuadras más lejos de mi casa.

Como ahí mientras leía un libro y después salí al parque a dibujar.

Apague mi celular cuando las notificaciones comenzaban a molestarme. Ya se dieron cuenta que salí.

Fruncí mi ceño al ver a lo lejos una persona, estaba de espaldas pero se me hacia conocido.

Me encogí de hombros restándole importancia, seguramente lo confundía. No conozco a nadie con tatuajes ni mucho menos con una motocicleta.

lessons, payton moormeier Where stories live. Discover now