008

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008: atracción

Casi salte como caperucita roja a la clase extra de geografía.

Entre con una sonrisa y mis cosas en manos pero pare abruptamente al ver al profesor dormido en su escritorio.

Apreté mis labios dudando que hacer, cerré la puerta del salón caminando a el en puntas como si fuera a robarme un banco.

Me quede estática al verlo en frente mío, su cabello tapaba casi toda su cara, su corbata estaba un poco desatada y sus brazos están extendidos por el escritorio.

Me agache quedando del tamaño del escritorio ladeando mi cabeza pensando si debo despertarlo o dejarlo.

Me senté en frente de su escritorio apretando mis labios viéndolo dormir plácidamente.

Se veía tan tranquilo y si realmente lo ves desde esta perspectiva parecería que es alguien de mi edad el cual se desveló estudiando o jugando videojuegos y se quedo dormido en clase.

Lo cierto es que jamás me había gustado alguien, en algún momento pensé que moriría sin que nadie me gustara, claro a excepción de los chicos en las caricaturas que veía de pequeña.

Bufé cruzándome de brazos porque si, me gustaría que alguien me gustara pero no mi profesor.

Me recargue en mi asiento viéndolo. No claro que no, no me pude gustar es solo atracción. Si es atracción, la otra mitad la cual no se siente atraído por el profesor son los hombres y he escuchado algunas excepciones.

Suspire levantándome y caminando a el lentamente acercando mi mano a su cabello y hundiendo mi mano en el dándole unos leves golpes.

Quite mi mano rápidamente cuando se levantó abruptamente, parpadee varias veces cuando el miró a los lados.

—¿Profesor?—di un salto cuando el salto del susto.

—Dios, me quede dormido—tallo sus ojos y después miró la hora en su reloj—. Perdóname en serio, ya pasaron varios minutos de la clase ¿acabas de llegar?

—No realmente, me iba a ir pero podría entrar el director y...se podría meter en problemas—sonreí quitando la parte de que me acabo de dar cuenta de mi ligera atracción, ligera.

—Gracias, siéntate y empecemos la clase—fruncí el ceño.

—Está cansado, mejor porque ambos no nos vamos a nuestras casas y así usted descansa. He estado mejorando no hará daño el no tener una clase—sonreí jugando con mis dedos en mi espalda nerviosamente.

—¿Estas..segura?—parpadee dos veces antes de reaccionar, su mirada me comenzaba a poner nerviosa.

—Si, eh cien por ciento segura—abrí mis ojos cuando se levantó de su lugar.

—Bien, ¿quieres que te lleve a tu casa?—dijo tomando su chaqueta y maleta pasando su cabello para atrás.

—Si...solo eh no quiero molestarlo—inspire antes de golpearme mentalmente fuertemente.

—No es molestia, vamos—me sonrió señalándome la puerta.

Al estar afuera de la escuela estiró su mano en mi dirección la mire extrañada hasta que señaló mi mochila, en un clic quite mi mochila de mis hombros pasándosela.

—Hay un ligero problema—fruncí mi ceño viéndolo.

—¿Cual?

—¿Te da miedo subirte en motocicleta?—hice una mueca negando con la cabeza—. ¿Quieres subirte a una?—asentí con mi cabeza emocionada.

Sonreí cuando vi la motocicleta negra estacionada unas cuantas calles alejada de la escuela.

Mire a Payton quien se quitó la corbata con frustración, guardándola en mi mochila.

—Odio estas cosas—rio abriendo el primer botón de su camisa dejando que el aire en mi se fuera rápidamente—. Toma—me extendió un casco negro lo tome emocionada ajustándolo.

Después de que el se haya subido casi saltando subí yo también, relamí mis manos sin saber dónde poner mis manos hasta que me encogí de hombros tomando los bordes del asiento.

Pero mis ojos se abrieron y mis manos fueron directo a los hombros de Payton cuando dio el primer arranque.

—Tranquila—rio, tomó mis manos en sus hombros bajándolas a su torso haciendo que lo rodee.

Inhale y exhale unas cuantas veces tratando de que mi respiración y los latidos estuvieran a una velocidad normal.

Aunque fue casi imposible.

Suspire cuando me tranquilice relajándome al sentir el aire pegando en mi cara moviendo mi cabello, cerré los ojos sin quitar mis manos de su torso disfrutando la sensación.

Después de unos minutos abrí mis ojos chocando con los de Payton a través del espejo retrovisor mordí mi labio no haciéndole caso a mi mente quien decía voltéate y eso duró hasta que quitó su vista viendo el camino.

lessons, payton moormeier Where stories live. Discover now