Ambos con un pasado desgarrador.
Ambos perdieron a seres queridos.
Ambos se aman y desean en secreto, ¿será la edad un impedimento?
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Historia ambientada cuando Naruto se va a entrenar con Jiraiya.
Kakashi x Tsunade.
1er ca...
— Uy, hasta lencería sexy te envío —continuó el peliplata viendo las prendas en la bolsa—, ¿Este mismo hombre te envío las flores ayer, no? —intuyó el hombre correctamente con tranquilidad.
Tsunade asintió acercándose al jounnin — Fue Yaku —comentó la rubia por lo bajo, cuando fue interrumpida por el ninja.
— Ah, el gigante que te pretende —pensó el Jounnin haciendo la imagen mental—, bueno, ya tienen un pasado —reconoció sabiendo su conexión—, y al parecer aún te sigue buscando —la observó fijamente—. Es persistente.
La rubia titubeó ligeramente al ver el rostro serio de su esposo.
— Kakashi, yo no le hubiera aceptado el regalo —sujetó la bolsa levemente—, pero, lo hizo cuando no estaba —negó ante ese detalle—. Además, no saldré con ese hombre.
Kakashi levantó sus hombros — Es tú elección, Tsunade —le vio fijamente, como si la analizara—. Al final de todo, tú eres quien pone los límites y tú decidirás hasta donde llegará.
Tsunade suspiró viendo al peliplata y luego levantó una ceja divertida:
— ¿Estás enojado o celoso, Kakashi? —preguntó la Senju dándole ligeros toquesitos en su pecho.
El peliplata río con una fuerte carcajada, luego meneó su cabeza en negativa.
— Si me quieres ver enojado, dile a ese imbécil que te vuelva a mandar lencería sexy —le dijo con una sonrisa mientras le besaba la frente—. Me iré a duchar —avisó, atrayendo a la rubia hacia él.
Tsunade río, sintiéndo el jalón de brazo de su esposo — ¡Espera! —sonrió al ser cargada en sus hombros, quedando su torso en la espalda del Jounnin y sus piernas y cintura en su cara—, ¡No soy un costal de papas!
— Nos vamos a bañar juntos, así ahorraremos agua —habló el peliplata, dándole una ligera nalgada a la rubia—. Y de paso aprovecharemos el tiempo.
El hombre ya se dirigía al baño con su esposa en brazos, cuando unos golpecitos a la puerta les interrumpieron.
— Iré yo —avisó la rubia, intentando liberarse de los brazos de su esposo.
— No, no vayas, ven —decía el peliplata sujetándola de la cintura—, no es nada importante —la besó en su cuello—. Quiero que me consientas.
Tsunade reía por las cosquillas que los besos de Kakashi le provocaban — Espera, espera —sonrió, liberándose de su agarre—. Ahora vuelvo.
El peliplata asintió, como cachorro recibiendo una orden de su dueño. Observó la espalda de la rubia alejarse, hasta no volver a verla.
— ¿Shizune? —dijo Tsunade abriendo la puerta—, ¿Sucede algo? —le comentó un poco extrañada.
— Ah, quería invitarla a una fogata —habló con una sonrisa—, encontramos un gran lugar con Guy y suena bien para pasar el rato —explicó a su maestra.
— No sé Shizune... —comenzó a negar la rubia con un ademán.
— Hay alcohol —le interrumpió con rápidez la pelinegra, sabiendo que caería a la perfección.
— ¡Kakashi te espero afuera! —le gritó la Senju a su esposo, mientras salía de la habitación junto a Shizune.
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