KakaTsuna (Kakashi x Tsunade)

Anko

— Bueno, ya estamos acá, ahora dime, ¿Qué es lo que quieres? —preguntó Tsunade dándole un bocado al filete. Llevaban ya una hora aproximada de la cena, cada que Tsunade quería hablar sobre el tema, Soyuro se lo cambiaba, por uno más personal.

El restaurante era grande, elegante, así como caro, aunque la comida era muy buena, no era para exagerar con su precio. Se encontraban en una mesa con vista a la aldea, cualquier otro pensaría que esta es una cita romántica.

— Si que tienes prisa, Tsunade —respondió sonriente el hombre, bebiendo de su copa.

— Verás —se detuvo a llenar su vaso—, soy la Hokage y no puedo estar perdiendo mi tiempo sin alguna buena razón—levantó sus hombros ante tal comentario.

— ¿Volver a verme no es una buena razón? —cuestionó divertido, sin quitarle la vista de encima—. Créeme que para mí verte, es la mejor razón para perder el tiempo de una buena manera.

La rubia soltó una fuerte carcajada.

— A otro perro con ese cuento —río—. Mejor dime ya que quieres, no hay porque alargar esto.

— Y ¿si te digo que estoy acá para enamorarte?—soltó con intención, inclinándose un poco a ella—. Se que fue lo que no funcionó la vez anterior.

— Pues te diría que estás perdiendo tu tiempo —repondió sincera la quinta.

— ¿Hay alguien más? —entrecerró sus ojos analizandola—. No me digas que Jiraiya pudo...

Tsunade levantó su mano negando — Si lo hay o no, eso no es de tu incumbencia —se levanto de su silla—. Si solo era eso, me voy.

— No, espera —rogó el hombre sujetándola de la muñeca, la Senju le lanzó una mirada furiosa y este soltó el agarre—. Te diré porque estoy acá.

Tsunade se volvió a sentar, llenando su vaso nuevamente.

— Verás, como bien sabes la aldea de las flores es un lugar muy pequeño, no tiene tanto poder militar como la grandes naciones, pero, he pensando, que nos podemos enfocar en otra rama ninja —contó tomando seriedad—, al preguntarle a todos los habitantes, llegamos a un acuerdo que quieren aprender ninjutsu médico y por eso estoy acá.

— Ya veo —dijo Tsunade analizando la situación—, quieren que nosotros los entrenemos.

— Si, y no solo eso —se apresuró a decir—. También que nos ayuden con las instalación de un hospital de calidad, hasta el momento, todo lo hacemos a la antigua, con medicamentos y tratamientos de hace años, un poco drásticos y anticuados si te pones a pensar.

Tsunade le daba golpecitos al vaso, pensando en todas las posibilidades de ayudarlos.

— No me lo tomes a mal —entrelazó su manos para sostener su barbilla—. Si la aldea decide ayudarlos, ¿Qué ganaríamos?, ¿Qué nos puede ofrecer su aldea que nosotros necesitemos?

— Tú más que nadie sabe que no hay que subestimar a una pequeña aldea —recordó rascando su nariz—. Nosotros nos encargaremos de los gastos del hospital y del pago de los maestros que nos otorguen, pagaremos por cada uno de sus servicios.

— Si quieren invertir —admitió Tsunade al ver que soltarán dinero.

— Claro, pensamos a futuro. —cofensó con aires de victoria—. ¿Entonces?

— Déjame consultarlo con mi gente más cercana, pronto te daré una respuesta —aseguró terminándose todo el líquido del vaso—. Habías mencionado que si cerrabamos un trato kakashi saldría beneficiado, ¿Hablabas de este? —recordó con cierto interés.