KakaTsuna (Kakashi x Tsunade)

Compromiso

😏🍋 Aviso este capítulo contiene Lemmon 😏🍋

El agua fría de la ducha recorría todo su cuerpo, enfriando sus pensamientos y apagando sus más oscuros deseos. Kakashi había recuperado su compostura, su conciencia le decía a gritos que había hecho mal, no debió hablarle así, y ¿Si Tsunade ya no queria nada con el?, la ansiedad lo agobiaba al punto de querer ahogarse ahí mismo.

Salió de la bañera pensando en que haría sin esa rubia malhumorada, hasta que cierto canino hizo su presencia:

— ¿Que hay? —lamió su patita.

— Pakkun, quiero que el pedido lo tengas listo para mañana a primera hora, ¿Puedes? —preguntó Kakashi buscando su ropa.

— Si, no hay problema —respondió con sus ojos cansados—. ¿Necesitas algo más?

Kakashi negó— Eso es todo, ve a descansar.

— Hasta mañana kakashi —se despidió el perro en una manta de humo.

— ¿Ahora que haré para remediar mi estupidez? —suspiró pensando en la rubia—, si tan solo me hubiera callado—se dejó caer en la cama—. En estos momentos te estuviera haciendo el amor.

Tsunade veía el suelo de las calles de Konoha atentamente, un suspiro salió de sus labios al comprender a kakashi, ella lo había celado últimamente, incluso hasta lo golpeó por ello, se consideraba una mujer celosa, no era un secreto saber que era egoísta, desde niña lo era, no le gustaba compartir y más algo que ni siquiera era suyo oficialmente, si no que de manera fugaz, entonces: ¿si ella era egoísta con Kakashi, porque él no puede serlo con ella?
Negó mentalmente.
Nada le aseguraba que Kakashi estuviera celoso, solo le había hecho preguntas acerca de sus citas y nada más, pero, tendría que serlo, pensar en el solo hecho de que kakashi estuviera celoso, le daba esperanzas de que el sentía algo por ella. ¿Pero de qué le serviría?, si hasta el momento no ha sido capaz de ofrecerle algo más.
De una cosa estaba segura, es que algo dentro de ella ansiaba ser tomada por Kakashi de la manera tan dominante como cuándo la acorraló en la pared, era un lado que desconocía del peliplata, después de todo era un pervertido de clóset y la excitaba la idea de...

— ¿Segura no quieres que te acompañe? —le preguntó Soyuro a punto de marcharse a otra dirección, sacándola de sus pensamientos.

Tsunade solo negó— Estaré bien, gracias —respondió haciendo un gesto con su mano.

— Bueno —dudó el hombre ante su acción—. Que descanses.

— Igual —soltó Tsunade sin prestarle mayo atención, había algo que tenía que hacer y que no la dejaba concentrase.