╰✯┋Capítulo 31┋

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Clear se incorporó despacio y tentó su rostro, a pesar de que lucía igual sentía que algo en su cuerpo era distinto

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Clear se incorporó despacio y tentó su rostro, a pesar de que lucía igual sentía que algo en su cuerpo era distinto. Que no era ella.

Caleb y Rose se habían marchado, y solo Kain seguía en el mismo sitio.

Permanecía en silencio, mantenía una mano en su barbilla apenas cubierta por una delgada capa de vello. Mostraba una sonrisa perversa mientras la observaba con interés.

—¿Me lo dirás ahora? —inquirió la chica.

—Eres uno de nosotros, ¿Qué más necesitas saber?

—¿Cómo vuelvo a ser humana? —susurró con un sollozo ahogado.

—No hay manera, esto es lo que eres ahora. Solo te queda aceptarlo.

—¡No quiero! ¡Jamás seré como ustedes, jamás les ayudaré! —dejó salir sus lágrimas mientras golpeaba incesante el pecho de la estigia.

—Deberías ser un poco más agradecida con la amabilidad de nuestro padre —exclamó Kain, molesto—. El mundo está lleno de basuras que no merecen siquiera que las mire, agradece que te eligiera.

—Yo no pedí esto.

—Ya perdí suficiente tiempo, podría quedarme contigo a discutir sobre quién es el malo, pero en todos hay partes podridas, incluso en ti.

Apenas Zerek los encontró, Clear pudo reconocerlo como la estigia que asesinó a Nicholas.

—Veo que el procedimiento fue un éxito. Y a diferencia del apóstol defectuoso esta niña no podrá revelarse ante la voluntad de Caleb. Podríamos considerarla una versión mejorada.

Clear, llena de furia, se arrojó contra él, pero ni bien puso una mano encima de la estigia y ya se hallaba en el piso, temblando de dolor.

—No lo intentes, linda —se burló Zerek—. La sangre que corre en ti te lastimará si tú intentas lastimar a otra estigia.

Reunió todas sus fuerzas y sujetó el pie de Zerek, usando la habilidad que Charlotte le había heredado.

La estigia se apartó ante el drene de sangre y con el otro pie la pateó disgustado.

—Eh, cuidado con tocarla —Advirtió violentamente Kain,

—Domestícala mejor si no quieres que se convierta en un problema.

Y mientras ellos discutían aprovechó para escapar de ese lugar, en busca de alguna salida para volver con los demás.

Se alejó tanto como pudo, protegida por su manto de ilusión, el cual se había potenciado -pese a que odiaba admitirlo- tras ser convertida.

De repente una figura se encontró frente a ella, se concentró en pasar desapercibida, pero cuando notó que se trataba de Elizabeth una esperanza nació en ella.

Donde los ángeles temen pisarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora