capitulo 4

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Cuando despertó Gerard se incorporó, quitándose el pelo de la cara, vale que a Mikey le había funcionado para ligar eso de llevar el pelo largo, pero a él no. Bostezó, empujando a Frank a su lado para despertarlo. ¿Por qué estaba durmiendo con él? Ah, vale... las mantas. Frank se revolvió contra la almohada y subió la cabeza, mirándolo medio adormilado con el delineador corrido y el flequillo alborotado en la frente.

- Babeas.- saludó Gerard.

- ¿Qué?- preguntó Frank, rascándose la cabeza.

- Que babeas, cuando duermes.- dijo, saltándolo para bajarse de la cama.

- Mmm... ¿me recuerdas por que estoy aquí?- preguntó incorporándose.

- Le dijiste a tu madre que...

- No, digo en tu cama.- se levantó

- Ah... no había mantas.- señaló a la cama de en frente.- Y hacía frío. ¿Te vienes a desayunar?- preguntó mientras salía de la habitación.

- Si no te importa...- fue tras él.

Al llegar al salón vieron a Mikey con unas ojeras mortales y una cara de satisfacción que jamás había tenido.

- ¿Qué tal, semental?- rió Gerard, pero Mikey en seguida lo chistó.

- ¿Qué es eso de semental?- se oyó una voz desde la cocina. La madre de Gerard entró al salón.

- Mamá... no sabía que estabas aquí...- sonrió Gerard.- Eh, este es Frank, le dije que se quedara a dormir anoche, era muy tarde y...

- Oh, me parece bien...- se secó las manos con el paño que llevaba.- Hola, cariño, soy Donna, la madre de estos dos.- señaló a los hermanos y le dio un beso en la mejilla pillando desprevenido a Iero.- Y tú...- señaló a Gerard.- Ya me puedes ir diciendo que le has hecho a tu hermano.

- ¡Yo no le he hecho nada!- se defendió.

- ¡Míralo! Parece un zombie, lleva toda la mañana con esta cara de tonto.- le dio un toque en la cabeza.- Hijo... ¡espabila!- miró a Frank.- Tu no te asuste, bonito, esto es así todos los días. Ahora os traigo el desayuno.- y volvió a irse.

- Tu madre me cae bien.- le dio un codazo a Gerard, riendo.

- Oh, cállate y siéntate.- lo empujo hasta la silla junto a Mikey y él se sentó en la del otro lado.- Y tú vas a contarnos qué pasó.- se dirigido a Mikey.

- Shhh...- volvió a chistarlo sin dejar de reírse.- Solo os diré una cosa a cada uno... Frank,- le echó el brazo por encima.- eres mi amigo de por vida, gracias tío. Y, Gerard... Gee, hermano...- se volvió hacía él, poniéndole la mano en la mejilla.- muchas gracias por olvidarte de mi... gracias a tu ineptitud como hermano he descubierto que adoro, me encanta... ser un hombre objeto.- suspiró con alegría y volvió a sus cereales.

Ambos chicos se quedaron alucinando con las palabras del rubio, y Gerard quiso replicar, pero su madre entró con el desayuno de nuevo y no pudo hablar. Donna, como toda madre, empezó a interrogar a Frank y a poner nervioso a Gerard, odiaba cuando su madre se ponía en plan madre con sus amigos, vale que solo lo había hecho con Ray, pero aquella vez incluso lo presionó para que hablara español mientras el pobre Ray intentaba hacerla entender que él era de Jersey, de toda la vida.

- Bueno, ya hemos terminado.- dijo Gerard levantándose rápidamente de la mesa.- Vamos, Frank, tu madre estará preocupada.- lo jaló de la silla.

- Oh, ¿ya te vas? Que lastima, si quieres puedo hablar con tu madre para que te quedes hoy también.- dijo Donna.

- No, no puedes mamá. Nos vamos.- dijo Gerard empujando a Frank hasta la puerta.- Adiós.

- Hasta luego.- se despidió Frank.

Uno (frerard)Kde žijí příběhy. Začni objevovat