Uno (frerard)

capitulo 17

El griterío de la calle comenzó a resonar en su cabeza nada mas salir por la puerta. El sol le cegó los ojos tanto que tuvo que hacerse sombra con la mano. Frank lo miró y echó a reír, parecía un extraterrestre con los ojos guiñados, escondiéndose de la luz del sol, pálido, con el pelo imposible de alisar.

- ¡Bienvenido a la Tierra!- rió Frank, dándole una palmada en el hombro.

- Casi no me acuerdo de cómo es estar al aire libre.- sonrió, agarrándole la mano con fuerza a Iero.

- Vamos, no exageres... tampoco ha sido tanto tiempo.- apretó la mano sobre la suya, brindándole la confianza que necesitaba.- Y, bueno... ¿a dónde quieres ir en primer lugar?

Era una pregunta difícil. Por poco tiempo que hubiese pasado, había pasado tiempo, no había tenido mas contacto que meras llamadas telefónicas con su madre, su hermano y Ray. Tendrían mucho de lo que hablar, tendría que dar explicaciones que no le apetecía tener que dar. De pronto salir al exterior no parecía tan buena idea, sintió como una oleada le presionaba el cerebro y de pronto se tuvo que sentar en el umbral. Frank se arrodilló frente a él, sonriéndole.

- Oye, que si es por mi, nos volvemos a dentro, ¿eh?- le guiñó el ojo, haciéndolo reír.

- No, tranquilo, solo... me he mareado un poco.- contestó.

- Yo lo decía en serio...- lo miró de reojo, sentándose a su lado. Gerard le dio un empujón en el hombro y Frank sonrió.- ¿Te parece ir a visitar a tu madre en primer lugar?- sugirió, apoyándose contra él.

- No, la verdad...- sonrió.- No tengo ganas de lidiar con mi madre ahora... ¿Que tal Mikey?- preguntó, alzando una ceja.

- Tienes que ver a tu madre, capullo. Estará preocupada... no le has dicho nada como excusa por haberte quedado aquí todo este tiempo... además...- agachó la cabeza, mirando hacia otro lado.

- ¿Qué?- preguntó, buscándole la mirada.

- Que supongo que... si te parece bien...- lo miró y dudo un poco antes de decirlo.- Podrías contarle lo nuestro...

Gerard sonrió, mirando a Frank casi divertido. Le hacia gracia que al menor le preocupase como iban a llevar su relación frente a los demás. Tal vez era normal, teniendo en cuenta su familia, tener miedo de que hubiera que mantener la relación en secreto. Desde luego, la familia de Gerard no era así, es más, el mayor de los Way apostaba a que su madre ya había dado por hecho que estaban juntos.

- Iremos a mi casa.- dijo al fin, sacándole una sonrisita de alivio a Frank.

Donna recibió a Frank con un abrazo y a Gerard con una mirada de reproche, a lo que el mayor solo sonrió de lado, encogiéndose de hombros. Pasaron al interior de la casa mientras Gerard no paraba de escuchar como su madre lo acusaba de ser un irresponsable que no sabía ni cuidar de si mismo, que había tenido a todo dios con el alma en vilo por su dichoso "paseíto nocturno" hasta que, alabado sea, Frank lo encontró.

- Y por si fuera poco lo de la varicela...- se sentó en el sofá, negando con la cabeza mientras los chicos se sentaban en otro contiguo.- Por favor, hijo, si querías agradecérselo de "esa" forma dilo y ya está, no te crié para que andarás contando mentiras.

Los colores subieron a las mejillas de Frank en una milésima de segundo mientras Gerard se echaba a reír por el comentario de su madre. Donna levantó una ceja, sin entender.

- ¿Qué pasa? ¿He dicho alguna mentira?- preguntó sin más, sacando el paquete de tabaco del bolsillo para encenderse un cigarro.

- No, pero...- Gerard miró a un Frank aún atónito.- Eres un poco brusca, mamá.