capitulo 16

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Frank empezaba a pensar que hubiese sido mejor seguir trabajando como antes con Bob, porque la situación en casa era, cuanto menos, tensa. Se suponía que no iban a tocarse más, ni a rozarse siquiera, se suponía que hasta que Gerard no estuviese curado no ocurriría ningún acercamiento accidental.

Pues era jodidamente difícil.

Porque estaba ahí, a tu lado, moviéndose, hablando, comiendo, jugando a la Xbox... y te ponía. Hiciese lo que hiciese. Que eran 17 años, por el amor de dios, ¿qué mas se puede pedir? Frank se había pasado todos los malditos juegos que tenía ya, maldiciéndose por que aún no le habían instalado Internet para poder descargarse otros tantos. Ya iba por libre la mayoría de las veces. Al principio jugaban juntos, pero Frank decidió que mejor hacerlo por separado ya que, aparte de por lo obvio, pensaba que Gerard era insufrible jugando.

Y lo era, porque Gerard no jugaba, se la pasaba explorando cada uno de los juegos minuciosamente, completando todas y cada una de las fases, cuidando todos y cada unos de los detalles. Según Frank así era imposible que se divirtiera. "¿Cómo demonios te vas a divertir si estas pendiente a todo? ¡Los juegos son para jugar, no para estudiarlos!" le decía. Gerard solo negaba con la cabeza y volvía a lo suyo. Cabrearse la cabeza con un juego era lo mejor que le podía pasar, y más aún cuando no puedes, o mejor dicho, no debes pensar en sexo. Datos, datos y mas datos en su cabeza, era lo único que podía hacer. Había probado dibujar, escribir, seguir con el cómic, pero misteriosamente sus personajes acababan follando por los rincones, y eso si que ya no era sano.

Lo peor de todo eran las curas, evidentemente. Gerard empezaba a mejorar. Realmente la crema surtía efecto y ya casi podía caminar sin sentir un dolor punzante. Solo habían pasado un par de días pero parecía que pronto podría salir de casa... y demás. Porque vale, para Gerard la situación erótica terminaba justo en el momento en el que el dolor empezaba a invadirlo, pero después no era extraño ver a Frank pegándose cabezazos en las paredes. Frank estaba sufriendo. No solo cuando curaba a Gerard, sufría siempre, Gerard recién levantado, Gerard lavándose los dientes, Gerard saliendo de la ducha, Gerard en cualquier maldita y absurda situación. Frank comenzaba a pensar que Gerard le ponía solo por ser Gerard.

- Voy a volverme loco...- se dijo para si mismo al darse cuenta de que había empezado a fantasear con una de las chicas de los calendarios con la cara de Gerard.

- ¿Qué te ronda, Frankie?- le dio una palmada en la espalda, pillándolo por sorpresa.- ¿Pensando en mi hermanito? Eres un vicioso...- sonrió con sorna.

- No soy como tú, listo...- se defendió, volviendo a lo suyo.- ¿Tú no tienes trabajo?

- Pues no.- se encogió de hombros.- Ya está todo hecho por hoy.

- Y, ¿por qué no te vas a casa?- preguntó el menor.

- Nah, prefiero quedarme.- miró hacia los lados.- No quiero dejar a el "soy-súper-guay" aquí solo...

- ¿A quién?- no sabia a quien se refería.

- Ah, claro, tú no lo conoces... es el que está en tu turno de tarde. Bob lo llama "musculitos", pero tampoco es para tanto.- dijo, agitando la mano con desprecio.

- Ya veo... ¿y a ti te cae mal por...?

- Se llama Michael.- lo miró de reojo.- Y aquí solo hay sitio para un Mikey.- sentenció.

- Aha...- asintió Frank.

- Si te quedas un poco más después de que termine tu hora lo verás... es un gilipollas.- puso cara de asco.- ¿Te quedas?

- Ya veré, Mikey...- tampoco es que el interesara conocer al nuevo rival a muerte de Mikey.- ¿Estás seguro de que no tienes nada que hacer?

- ¡Que va!- dijo, riéndose. De pronto una mano sobrevoló su cabeza, impactando contra su cuello.- ¡¡Ahh!!

Uno (frerard)Onde histórias criam vida. Descubra agora