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Sentí un movimiento leve, como si alguien estuviera cargandome, pero el sueño era tan pesado que solo me moví un poco sin abrir mis ojos.

-

Los rayos de sol que entraban por la ventana hicieron que despertara del profundo sueño en el que había caído.

Me senté en la cama en la que aparentemente había dormido, miré al rededor y estaba en una habitación. Lo más visible que había era la cama en la que estaba y un armario, la habitación estaba casi vacía y tenía polvo en algunos lugares.

Como si... no hubieran entrado aquí desde hace mucho tiempo.

Escanee la habitación por completo y no había nadie más, por lo que tomé mis zapatillas que reposaban a un lado de la cama y me las puse para luego salir por la puerta. -Que por cierto tenía polvo por todos lados.-

Apenas abrí la puerta sentí como mi frente chocaba con algo, mejor dicho con alguien.

Levanté mi mirada y una sonrisa se formó en mis labios mientras el castaño frente a mí me miraba fijamente.

-Pensé que nunca despertarías -Dijo burlón.

-Buenos días -Respondí con el mismo tono.

Nos quedamos en silencio por un momento y luego él estampó sus labios contra los míos.

Fue un beso tierno.

Nos separamos y tomó mi mano para seguidamente arrastrarme hasta la cocina, Ross caminó hacia la estufa y yo me senté en una silla frente al mesón.

-Hay ropa en el cuarto de baño por si quieres ducharte y cambiarte. -Dijo y yo lo miré confundida.

-¿Ropa? -Pregunté confundida.

-Si, ropa, lo que la gente usa para no andar desnudos por la vida. -Dijo y yo solté un risa.

-¿Que ropa? -Pregunté cuando dejé de reírme.

-Tu ropa, y no preguntes como la conseguí solo ve a verla -Obedecí, después de todo me urgía un baño.

Tardé más o menos 30 minutos en bañarme, efectivamente mi ropa estaba ahí, habían unos de mis pantalones que casi no uso porque... me aprietan DEMASIADO el trasero.

Me los puse y por suerte también había una sudadera que cubría la mitad de mi ahora apretado trasero.

Sequé un poco mi cabello y me dirigí hacia la cocina donde aún estaba Ross. No había nadie ahí, solo el castaño que cocinaba algo, y para ser honesta, no olía nada mal.

-¿Que preparas? -Pregunté mientras estiraba un poco el cuello para tratar de ver.

-Chili. -Respondió con una sonrisa muy alegre en su rostro.

Al parecer preparar chili le entusiasmaba mucho. Me dedique a observar como iba de un lado para otro, agrandó cosas y revolviendo cada cierto tiempo.

Las sonrisa en su rostro era lo que más me atrapaba, se veía muy entusiasmado de verdad.

En el pasillo por el que habíamos llegado se escucharon voces, unos pocos segundos después, Will y Naya aparecieron por el mismo.

No había hablado con Naya desde nuestra última discusión.

Sue apareció poco detrás de ellos y se dirigió directamente al refrigerador. Soltó un gruñido, supongo que se acabó el helado. Rendida y con cara de que nos odia camino hacia el mesón y se sentó a una silla lejos de todos.

Will por otro lado, se sentó junto a mí y Naya ocupó uno de los sillones.

-Buenos días Dess -Saludo el moreno.

DESTRÚYEME | Jack RossWhere stories live. Discover now