22

2.4K 241 177
                                    

Ethan

Diez minutos.

Diez minutos es lo que llevamos esperando a que a Adhara y a su intento de novio se les de la gana de bajar.

─¿Podemos comer ya? ─Pregunté serio como de costumbre.

─No comeremos sin mi hermana y mi cuñado. ─Respondió Joseph, haciendo resaltar la palabra "cuñado".

Aún recuerdo la pequeña charla poco amable que tuvimos ayer después de que Adhara y su... acompañante subieran a su habitación.

─Ethan ─La voz demandante de Joseph llamó mi atención. ─Quiero hablar contigo un segundo, acompáñame afuera. ─Obedecí y salí en silencio.

Desde siempre había sentido admiración y respeto por él, con su simple presencia puede hacer que mi seriedad se vaya por un tubo.

Una vez que estuvimos afuera, yo me senté en una de las bancas y él se quedó de pie con las manos en los bolsillos.

En parte mi admiración por él se debía a que por naturaleza, Joseph emanaba poder, superioridad, liderazgo, y al igual que Adhara, jamas bajaba la cabeza.

─¿Quieres que te de una invitación para que empieces a hablar? ─Dijo sorprendiéndome, su voz se había vuelto extremadamente gélida y al escucharla, una corriente de miedo recorrió mi cuerpo.

─No estoy entendiendo ─Mi voz sonó temerosa sin que pudiera evitarlo.

─¿Crees que soy idiota? ─Preguntó.

Mierda.

De verdad estaba enojado.

Joseph jamás usa insultos en una conversación, aunque sean leves, y cuando los usa, es porque de verdad está molesto.

Al no obtener una respuesta de mi parte, volvió a hablar.

─Quiero la verdadera razón por la cual mi hermana y tu se alejaron. Y la quiero justo ahora. ─Nisiquiera sé tomaba la molestia de observar si seguía sentado ahí.

Pero por supuesto, debí imaginarlo.

La única razón por la cual Joseph Page pierde el control así de fácil, es por ella.

Por Desireé.

Para que el mande a la mierda todo su vocabulario respetuoso y su "la violencia no resuelve nada", solo tienen que sacarle un cabello a su hermana, y habrán cavado su propia tumba.

─Crecimos y tomamos cami─

Nisiquiera pude terminar de hablar.

─No me vengas con esa mierda. Yo se lo que pasó, ahora quiero que tu lo confirmes. ─Sin perder el aire de superioridad que lo caracteriza, sacudió de su hombro unos copos blancos.

La nieve empezaba a cubrir las plantas del jardín, para mañana ya todo estaría cubierto de ella.

Tomé la decisión más estúpida y quise confrontarlo. ─¿Por qué no se lo preguntas a tu hermana?

Dos segundos, solo dos segundos fue lo que le tomó darse la vuelta, caminar hacia mi y tomarme por el cuello del suéter que llevaba.

─Escúchame bien porque esto solo te lo diré una vez. ─Dijo, el enojo desprendiéndose por sus ojos. ─No te quiero cerca de mi hermana. Ella está feliz con su novio, y si tan siquiera piensas hacer algo en contra de ellos, se me olvidará que llevamos la misma sangre y te haré pedazos la cara.

Soltó mi suéter y me lanzó denuevo a la silla.

─Mantente lejos de mi hermana y de mi cuñado. ─Subió su mano a su cabello, lo sacudió y entró a la casa sin decir nada.

DESTRÚYEME | Jack RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora