Capítulo 36: "Navidad Gris"

836 97 39
                                    

«Amelia»

«Perdón por preocuparte. Por hacer que vuelvas a pasar por todo esto. Perdóname, hija»

«Te perdono, papá, porque no rompiste tu promesa»


—Hola, Bea. —Me siento frente al epitafio que tiene tallado el nombre de mi amiga.

Se me ha hecho costumbre venir aquí cada día, tal vez como un desesperado momento para sentir que no se ha ido del todo.

Le cuento lo que he hecho el día anterior, así haya sido algo aburrido, como si fuera el mejor chisme que jamás le haya soltado. Y no quiero dejar de hablar, porque mientras lo hago consigo aliviar al menos un poco aquella rotura en mi pecho que dudo vaya a curarse pronto.

Recuerdo que justo esto hacía cuando mi madre falleció. La iba a visitar cada día en las vacaciones, o en cualquier feriado, porque ya no podía faltar más a clases o me metería en problemas con Jack.

—Probablemente no pueda venir por un tiempo —digo al ponerme de pie.

El tiempo se ha ido volando y Susana ya me está acosando con los mensajes.

—No por lo que dijeron Isa y Sus sobre que no creen que sea bueno que venga a cada rato porque no me hace bien —me explico—, sino porque ya pronto es Navidad y como suelo pasarla con mi padre no quisiera romper esa tradición ahora que mi hermanito al fin ha llegado. Será su primera Navidad después de todo.

Exhalo al tomar en cuenta que para la familia de Beatriz será su primera Navidad sin ella.

Sacudo la cabeza para apartar los pensamientos negativos, que no quiero arruinarle el día a mi padre con mi estado depresivo. Por suerte me ayudó bastante pasarla con Susana, visitarla en el trabajo a ella e Isabela y quedarnos viendo películas por las noches.

Ha sido menos doloroso estar con ellas porque sentí que nos repartíamos ese dolor para que fuera manejable; y cuando a alguna pareciera que este le aumentaba, las demás estábamos ahí para succionarlo como mosquitos y ayudarla a que sea más soportable.

Aún hay días en los que lloro de la nada porque algo me hace recordarla, y el que ya no pueda volver a verla sigue siendo sofocante.

—Hasta luego, Bea.

El camino a la salida se me hace largo por tener que pasar junto a todos esos epitafios con parientes a sus alrededores. Me concentro en mirar solo al frente y seguir caminando, pero unos quejidos obligan a mis pies a bajar la velocidad hasta el punto de detenerme.

Miro a la derecha y noto a varias personas vestidas de negro llorando frente a un ataúd que va bajando hasta el...

Empiezo a correr lo más rápido que puedo hasta lograr salir de ahí.

Tras cruzar la puerta suspiro para quitarme las ganas de querer dormir toda una semana completa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tras cruzar la puerta suspiro para quitarme las ganas de querer dormir toda una semana completa.

Corro al verlo, y dejo caer la maleta para lanzarme a sus brazos.

¿Me van a dejar amar? [Presente MVDH #2]Where stories live. Discover now