Capítulo 8: "Sobreviviendo al herpes" [parte 1]

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«Jack, ¿por qué eres tan bueno conmigo?»

«Tal vez no has notado que me agradas»

«Y tal vez tú no has notado que tus amigas son muy celosas»


—Y llegamos —dice Alex.

Me limito a empujar la silla de mi jefe hasta el interior de su casa, y sigo en plan mimo.

—No tardo, voy al baño. —Deja mi equipaje en el suelo—. Cuando regrese les muestro las habitaciones, no se muevan —lo dice como si fuera su casa y ambos fuéramos sus invitados.

Me tomó menos de media hora llenar las maletas con todo lo indispensable. En otra época tardaba más, pero eso fue antes que mi jefe me diera un curso intensivo sobre qué es lo que debo o no empacar.

Tanta calma me pone inquieta que me pongo a mirar el alrededor como si fuera mi primera vez aquí, y suspiro con desgano al no ser capaz de emocionarme con la idea de vivir en un sitio tan hermoso.

Parece que esta casa tiene más dinero que antes.

Sí, pero ahora cada objeto tiene un letrero de «no tocar». Voy a vivir en un museo.

No es tan malo.

Primero me arruina Francia, ahora esto.

Inhala, exhala.

Ok, tienes razón.

Si vamos a vivir aquí no podemos perder el control.

Lo sé.

Debemos mantenernos cuerdas.

Exacto.

Así la policía no te verá como sospechosa cuando encuentren su cuerpo tirado en algún contenedor de basura.

Estás en lo... ¿qué?

Inhala, exhala.

Eso hago.

—Ochenta y tres.

—¿Ah? —Giro hacia el patrón, quien milagrosamente parece que no ha perdido la habilidad del habla.

—Usted ha suspirado ochenta y tres veces.

—¿Los ha contado? —Retrocedo un poco.

—Era imposible no contarlos ya que cada vez que lo hacía me soplaba la nuca. Creía que se trataba de un fantasma que me perseguía para atormentarme.

No ha hablado en todo el camino desde el hospital, y lo primero que viene a decir es esto.

No te alteres, no puedes matarlo aún.

¡Me saca de quicio!

Inhala, exhala.

Bien.

—¿Desea que le traiga algo de beber? —Doy dos pasos hacia atrás—. ¿Agua, tal vez? —Sigo retrocediendo hacia la puerta—. ¿Un licuado?

¿A dónde crees que vas?

Por el licuado.

Tienes pensado huir, ¿verdad?

No, yo solo voy por el...

—Andando —Alex regresa con su animada sonrisa, coge mis maletas y avanza por el pasillo de la izquierda.

—Acabo de recordar que tengo que hacer algo muy importante. —Ya tengo la mano en el picaporte.

¿Me van a dejar amar? [Presente MVDH #2]Where stories live. Discover now